Publicado: marzo 30, 2025, 10:45 pm
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Histórico bombazo polÃtico nacional: el Tribunal de ParÃs debe confirmar, rechazar o matizar, este lunes, la petición que hizo su FiscalÃa contra Marine Le Pen, lÃder de Agrupación Nacional (extrema derecha, AN), el mes de noviembre pasado, de cinco años de inhabilitación y … cinco años de cárcel, presuntamente culpable de los delitos de «abuso de confianza», «ocultación y abuso de poder», «utilización de documentos falsos» y «estafa cometida en banda organizada», contra el Parlamento Europeo (PE).
Tras una década de un histórico proceso, la FiscalÃa del Tribunal de ParÃs considera probadas las acusaciones del Parlamento Europeo contra Marine Le Pen, su padre, Jean-Marie, y una veintena de eurodiputados de extrema derecha, afirmando que los Le Pen y subordinados polÃticos desviaron como banda organizada más de 3,5 millones de euros, durante una década, creando puestos de trabajo ficticios para sus subordinados, pagados con dinero público europeo.
En su dÃa, la FiscalÃa y los abogados del PE describieron de manera implacable los «mecanismos» utilizados por la familia Le Pen para malversar fondos públicos funcionando como una «banda organizada». El padre utilizaba los fondos europeos para pagarse un guardaespaldas, un «ayudante de cámara» y un «colaborador polÃtico». La hija tenÃa varios asistentes que solo pisaban el PE en raras ocasiones, «consagrados a tareas polÃticas en las oficinas del partido, en ParÃs». El tesorero del partido advirtió, en su dÃa, al padre y la hija, de los «riesgos» que estaban corriendo. Una docena de eurodiputados, simpatizantes de VladÃmir Putin, utilizaban el dinero público con fines polÃticos personales.
El Tribunal de ParÃs se tomó cuatro meses para dictar sentencia, aprobar, rechazar o matizar las peticiones de la FiscalÃa, y hará pública su decisión definitiva este lunes.
Por vez primera en la historia polÃtica nacional, una familia y un partido polÃtico corren el riesgo de condenas judiciales que pueden tener profundas consecuencias polÃticas para una Francia en crisis, con un gobierno amenazado de censura si Marine Le Pen lo considerase oportuno para su carrera polÃtica personal.
Según todos los sondeos, Marine Le Pen es la personalidad polÃtica que tiene más intención de voto para ser elegida jefa del Estado, en las próximas elecciones presidenciales, el 2027, o antes. Su partido, AN, es el partido mayoritario en la Asamblea Nacional, primera cámara del Parlamento nacional. No tiene aliados para gobernar, pero puede provocar crisis a repetición.
Si el Tribunal de ParÃs decidiese la inhabilitación polÃtica de Le Pen, durante varios años, su carrera polÃtica quedarÃa empantanada. Si el resto de los miembros de su partido fuesen condenados, igualmente, la extrema derecha francesa afrontarÃa una crisis inflamable.
Marine Le Pen ha llegado a sugerir que Jordan Bardella, presidente de AN, y presidente del grupo europarlamentario de Patriotas para Europa (PPE), del primer ministro húngaro VÃktor Orban, prorruso y profundamente antieuropeo, asumirÃa la «responsabilidad» del liderazgo de la extrema derecha francesa. Hipótesis clara y problemática.
A medio y largo plazo, nadie duda que Bardella es el «sucesor natural» de Le Pen. A cortÃsimo plazo, dÃas, semanas, meses, el riesgo de inahabilitación de Le Pen pudiera impedirle ser candidata a la jefatura del Estado. Y Bardella, joven, sin estudios, sin experiencia, sin otro «pedigrû que tres historias de amor en cinco años con las hijas de dirigentes de extrema derecha, corre el riesgo de ser un mal candidato a la jefatura del Estado.
A muy corto plazo, la inhabilitación eventual de Le Pen plantea otro problema de gran calado para la estabilidad polÃtica nacional. Si su partido decidiese presentar una o varias mociones de censura contra el gobierno de François Bayrou, primer ministro de Emmanuel Macron, que no tienen mayorÃa parlamentaria sólida, Francia correrÃa el riesgo de quedar polÃticamente «empantanada» durante una «temporada» imprevisible.