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El poder oculto de la aspirina: explican cómo puede combatir el cáncer

Cada vez es mayor el número de estudios que muestran que los beneficios de tomar aspirina van mucho más allá del alivio de los dolores puntuales, como las cefaleas y el dolor articular, y de la prevención de las enfermedades cardiovasculares –el principio activo de … la aspirina es el consabido ‘ácido acetilsalicílico’, un inhibidor de la agregación de las plaquetas, por lo que evita la formación de trombos sanguíneos,. De hecho, cada vez hay más evidencias que sugieren que el consumo de aspirina también reduce el riesgo de cáncer.
Pero hasta ahora se desconocía cómo o por qué la aspirina tenía ese efecto protector frente al cáncer.
La explicación la aportan investigadores británicos en un estudio que se publica en la revista ‘Nature’ que desvela el mecanismo que explica cómo la aspirina podría reducir la metástasis de algunos tipos de cáncer al estimular el sistema inmunitario.
El estudio ha encontrado que la aspirina es capaz de reducir la aparición de metástasis en ratones, al permitir la activación de los linfocitos T capaces de reconocer a las células tumorales. Los resultados muestran que, en varios modelos de cáncer de ratón diferentes, cáncer de mama, de colon y melanoma, tratados con aspirina mostraron una menor tasa de metástasis en otros órganos, como los pulmones y el hígado, en comparación con ratones no tratados.

Conocer el mecanismo, escriben los investigadores de la Universidad de Cambridge, respaldará los ensayos clínicos en curso y podría conducir al uso específico de la aspirina para prevenir la propagación de ciertos tipos susceptibles de cáncer y al desarrollo de medicamentos más efectivos para prevenir la metástasis.
Ahora bien, advierten los científicos que, en algunas personas, la aspirina puede tener efectos secundarios graves y se están realizando ensayos clínicos para determinar cómo usarla de manera segura y efectiva para prevenir la propagación del cáncer, por lo que las personas deben consultar a su médico antes de comenzar a tomarla.

Hallazgo fortuito

Los antecedentes previos indicaban que quienes toman aspirina a diario en dosis bajas tienen una reducción en la propagación de algunos tipos de cáncer, como el de mama, de intestino y de próstata, lo que ha dado lugar a ensayos clínicos en curso. Sin embargo, hasta ahora no se sabía exactamente cómo la aspirina podía prevenir las metástasis.
Y todo gracias a un hallazgo fortuito.
El equipo estaba investigando el proceso de metástasis, porque, aunque el cáncer comienza en un lugar, el 90% de las muertes por cáncer se producen cuando el cáncer se propaga a otras partes del cuerpo.
Querían entender mejor cómo responde el sistema inmunitario a la metástasis, porque cuando las células cancerosas individuales se separan del tumor de origen y se propagan a otra parte del cuerpo son especialmente vulnerables al ataque inmunológico. El sistema inmunitario puede reconocer y matar estas células cancerosas solitarias con mayor eficacia que las células cancerosas dentro de tumores de origen más grandes, que a menudo han desarrollado un entorno que suprime el sistema inmunitario.
Analizaron 810 genes en ratones y descubrieron 15 que tenían un efecto sobre la metástasis del cáncer. En particular, descubrieron que los ratones que carecían de un gen que produce una proteína llamada ARHGEF1 presentaban menos metástasis de varios cánceres primarios en los pulmones y el hígado. ARHGEF1 suprime un tipo de célula inmune llamada célula T, que puede reconocer y matar células cancerosas metastásicas.
Para desarrollar tratamientos que aprovecharan este descubrimiento necesitaban encontrar una forma de que los medicamentos actuaran sobre él.
Y así llegaron a la aspirina, que reduce la producción TXA2, un factor de coagulación, que activa las células T del sistema inmunitario.
A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer, explica Rahul Roychoudhuri, que dirigió el estudio, «muchos pacientes con cánceres en etapa temprana reciben tratamientos, como la extirpación quirúrgica del tumor, que tienen el potencial de ser curativos, pero luego recaen debido al crecimiento eventual de micrometástasis: células cancerosas que se han sembrado en otras partes del cuerpo, pero permanecen en estado latente».
Así, añade, mientras la mayoría de las inmunoterapias se desarrollan para tratar a pacientes con cáncer metastásico, «cuando el cáncer se propaga por primera vez existe una ventana de oportunidad terapéutica única en la que las células cancerosas son particularmente vulnerables al ataque inmunológico».
Otro de los autores, Jie Yang, considera que la aspirina, u otros medicamentos que podrían apuntar a esta vía, «tienen el potencial de ser menos costosos que las terapias basadas en anticuerpos y, por lo tanto, más accesibles a nivel mundial».

El paso a humanos pendiente

En declaraciones a Science Media Centre, Ángel Lanas, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón), destaca la importancia de esta investigación para abrir nuevas opciones terapéuticas relacionadas con la inmunoterapia, aunque señala la complejidad de la medicina en humanos. En esta misma línea se manifiesta Ramón Salazar, jefe de Oncología Médica en el ICO, quien menciona la limitación de la investigación preclínica, ya que los resultados en modelos animales no siempre se aplican al ser humano. Además, recuerda que en ensayos previos con aspirina en cáncer de colon y mama no se observaron mejoras en la supervivencia.
En el futuro, los investigadores planean ayudar a traducir su trabajo a una posible práctica clínica colaborando con la profesora Ruth Langley, de la Unidad de Ensayos Clínicos del MRC en el University College de Londres, que dirige el ensayo clínico Add-Aspirin , para averiguar si la aspirina puede detener o retrasar la reaparición de cánceres en etapa temprana.

Publicado: marzo 5, 2025, 1:15 pm

Fuente de la noticia : https://www.abc.es/salud/enfermedades/poder-oculto-aspirina-explican-puede-combatir-cancer-20250305170000-nt.html

Cada vez es mayor el número de estudios que muestran que los beneficios de tomar aspirina van mucho más allá del alivio de los dolores puntuales, como las cefaleas y el dolor articular, y de la prevención de las enfermedades cardiovasculares –el principio activo de la aspirina es el consabido ‘ácido acetilsalicílico’, un inhibidor de la agregación de las plaquetas, por lo que evita la formación de trombos sanguíneos,. De hecho, cada vez hay más evidencias que sugieren que el consumo de aspirina también reduce el riesgo de cáncer.

Pero hasta ahora se desconocía cómo o por qué la aspirina tenía ese efecto protector frente al cáncer.

La explicación la aportan investigadores británicos en un estudio que se publica en la revista ‘Nature’ que desvela el mecanismo que explica cómo la aspirina podría reducir la metástasis de algunos tipos de cáncer al estimular el sistema inmunitario.

El estudio ha encontrado que la aspirina es capaz de reducir la aparición de metástasis en ratones, al permitir la activación de los linfocitos T capaces de reconocer a las células tumorales. Los resultados muestran que, en varios modelos de cáncer de ratón diferentes, cáncer de mama, de colon y melanoma, tratados con aspirina mostraron una menor tasa de metástasis en otros órganos, como los pulmones y el hígado, en comparación con ratones no tratados.

Conocer el mecanismo, escriben los investigadores de la Universidad de Cambridge, respaldará los ensayos clínicos en curso y podría conducir al uso específico de la aspirina para prevenir la propagación de ciertos tipos susceptibles de cáncer y al desarrollo de medicamentos más efectivos para prevenir la metástasis.

Ahora bien, advierten los científicos que, en algunas personas, la aspirina puede tener efectos secundarios graves y se están realizando ensayos clínicos para determinar cómo usarla de manera segura y efectiva para prevenir la propagación del cáncer, por lo que las personas deben consultar a su médico antes de comenzar a tomarla.

Hallazgo fortuito

Los antecedentes previos indicaban que quienes toman aspirina a diario en dosis bajas tienen una reducción en la propagación de algunos tipos de cáncer, como el de mama, de intestino y de próstata, lo que ha dado lugar a ensayos clínicos en curso. Sin embargo, hasta ahora no se sabía exactamente cómo la aspirina podía prevenir las metástasis.

Y todo gracias a un hallazgo fortuito.

El equipo estaba investigando el proceso de metástasis, porque, aunque el cáncer comienza en un lugar, el 90% de las muertes por cáncer se producen cuando el cáncer se propaga a otras partes del cuerpo.

Querían entender mejor cómo responde el sistema inmunitario a la metástasis, porque cuando las células cancerosas individuales se separan del tumor de origen y se propagan a otra parte del cuerpo son especialmente vulnerables al ataque inmunológico. El sistema inmunitario puede reconocer y matar estas células cancerosas solitarias con mayor eficacia que las células cancerosas dentro de tumores de origen más grandes, que a menudo han desarrollado un entorno que suprime el sistema inmunitario.

Analizaron 810 genes en ratones y descubrieron 15 que tenían un efecto sobre la metástasis del cáncer. En particular, descubrieron que los ratones que carecían de un gen que produce una proteína llamada ARHGEF1 presentaban menos metástasis de varios cánceres primarios en los pulmones y el hígado. ARHGEF1 suprime un tipo de célula inmune llamada célula T, que puede reconocer y matar células cancerosas metastásicas.

Para desarrollar tratamientos que aprovecharan este descubrimiento necesitaban encontrar una forma de que los medicamentos actuaran sobre él.

Y así llegaron a la aspirina, que reduce la producción TXA2, un factor de coagulación, que activa las células T del sistema inmunitario.

A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer, explica Rahul Roychoudhuri, que dirigió el estudio, «muchos pacientes con cánceres en etapa temprana reciben tratamientos, como la extirpación quirúrgica del tumor, que tienen el potencial de ser curativos, pero luego recaen debido al crecimiento eventual de micrometástasis: células cancerosas que se han sembrado en otras partes del cuerpo, pero permanecen en estado latente».

Así, añade, mientras la mayoría de las inmunoterapias se desarrollan para tratar a pacientes con cáncer metastásico, «cuando el cáncer se propaga por primera vez existe una ventana de oportunidad terapéutica única en la que las células cancerosas son particularmente vulnerables al ataque inmunológico».

Otro de los autores, Jie Yang, considera que la aspirina, u otros medicamentos que podrían apuntar a esta vía, «tienen el potencial de ser menos costosos que las terapias basadas en anticuerpos y, por lo tanto, más accesibles a nivel mundial».

El paso a humanos pendiente

En declaraciones a Science Media Centre, Ángel Lanas, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón), destaca la importancia de esta investigación para abrir nuevas opciones terapéuticas relacionadas con la inmunoterapia, aunque señala la complejidad de la medicina en humanos. En esta misma línea se manifiesta Ramón Salazar, jefe de Oncología Médica en el ICO, quien menciona la limitación de la investigación preclínica, ya que los resultados en modelos animales no siempre se aplican al ser humano. Además, recuerda que en ensayos previos con aspirina en cáncer de colon y mama no se observaron mejoras en la supervivencia.

En el futuro, los investigadores planean ayudar a traducir su trabajo a una posible práctica clínica colaborando con la profesora Ruth Langley, de la Unidad de Ensayos Clínicos del MRC en el University College de Londres, que dirige el ensayo clínico Add-Aspirin , para averiguar si la aspirina puede detener o retrasar la reaparición de cánceres en etapa temprana.

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