Publicado: febrero 18, 2025, 5:48 am
La fuente de la noticia es https://www.abc.es/internacional/momento-colision-combustible-corria-ventanillas-avion-20250218110150-nt.html
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A las 20.15 de este lunes (hora española), un avión de Delta Airlines procedente de Mineápolis comenzaba las maniobras rutinarias para aterrizar en la pista del aeropuerto de Pearson, en Toronto (Canadá). Todo transcurría con normalidad, dentro de las condiciones temporales adversas habituales que hay en la región, con temperaturas bajo cero y nieve mojada, cuando al tocar tierra la aeronave se estrelló y volcó completamente con 80 pasajeros a bordo.
Milagrosamente, todas las personas que viajaban en este vuelo – se han confirmado 18 heridos, tres de ellos graves– han sobrevivido, según afirmó el director ejecutivo del aeropuerto, momentos después del accidente.
Uno de los supervivientes fue Pete Koukov, un joven esquiador profesional de Colorado que se dirigía a la ciudad canadiense para rodar una película sobre esquí. Nada parecía ir mal durante el descenso, aseguró en una entrevista, hasta que las ruedas del tren de aterrizaje tocaron el suelo y el avión patinó sobre su lado derecho, según recoge el diario ‘The New York Times’.
Desde su asiento de la ventanilla, en el lado izquierdo del avión, Koukov relató que vio llamas cuando el avión se estrelló contra el suelo. «Me desabroché el cinturón muy rápido y me tiré al suelo, que era el techo», dijo. «La gente entró en pánico».
El avión acabó boca abajo. El joven compartió imágenes en su perfil de Instagram del momento en el que él y otros pasajeros treparon por los asientos y salieron por una salida de emergencia, a una pista cubierta de nieve.
John Nelson, otro superviviente del accidente, publicó un vídeo en su perfil de ‘Facebook’ que muestra el avión siniestrado y escribió: «Nuestro avión se estrelló. Está al revés. La mayoría de la gente parece estar bien. Todos nos bajaremos».
Nelson declaró más tarde a CNN que no había indicios de nada inusual antes del aterrizaje. «Tocamos el suelo, estábamos de costado y luego boca abajo», recordaba.
Pete Carlson, paramédico, también viajaba en el avión proveniente de Minneápolis. Previamente al aterrizaje, se informó a los pasajeros de que había fuertes vientos, pero Carlson confesó que el accidente le sorprendió, ya que todo comenzó como un descenso rutinario. «Un minuto estás aterrizando, esperando ver a tus amigos y a tu gente. Y al minuto siguiente estás físicamente boca abajo», dijo a la CBC, la cadena pública canadiense.
En el momento de la colisión «el combustible corría por las ventanillas del avión», continúa.
El superviviente paramédico, que tenía una herida visible en la cabeza, dijo que, tras abandonar el avión, se dio cuenta de que faltaba un ala. «Esta es mi realidad ahora mismo: en la pista y vivo, lo cual es increíble», declaró.
Antes de escapar del avión, Carlson se fijó en una mujer que estaba atrapada debajo de un asiento y en una madre y un niño que estaban sentados en el techo del avión, lo que ahora era el suelo. «No tenía ni idea de en qué estado se encontraba ninguno de ellos», afirmó, pero «mi instinto paternal y mi experiencia como paramédico hicieron que me concentrara en asegurarme de que todos salieran del avión».
Los pasajeros heridos fueron rápidamente evacuados, los más graves en helicóptero y los demás en autobuses. «Lo más impactante de hoy ha sido que sólo había gente unida, sin diferencias, ayudándose mutuamente» concluyó.