Saber que se padece un cáncer es un mazazo, a cualquier edad. Pero si el diagnóstico llega en plena juventud, el impacto psicológico, familiar y laboral puede multiplicarse. Por ello, los especialistas están preocupados por el incremento de tumores malignos en menores de 50 años. La incidencia de cáncer, desgraciadamente, aumenta en todas las edades y el envejecimiento es el factor de riesgo principal; pero se está produciendo un aumento de diagnósticos en adultos jóvenes que ha llamado la atención de los oncólogos porque, aunque las causas no están claras, la evidencia indica que el estilo de vida actual tiene una gran influencia.