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No cabe duda de que el magnate Elon Musk es una de las personas que más beneficiadas se van a ver tras la victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses de la pasada semana. El dueño de X, SpaceX o Tesla invirtió más de 100 millones en la campaña del republicano, inversión que ya ha recuperado con creces gracias a la subida en el valor de sus compañías. Y lo que le queda. Hasta se espera que toque poder y ocupe algún cargo dentro de la futura Administración. Recientemente, el grupo de defensa de la inteligencia artificial (IA) sin fines de lucro Americans for Responsible Innovation (‘Americanos por una Innovación Responsable’, o ARI, por sus siglas en ingles) lanzó una petición para solicitar a Trump que nombre al sudafricano como su asesor especial en materia de IA.
«Nadie está mejor preparado que Elon Musk para ayudar a la administración Trump a que Estados Unidos lidere la inteligencia artificial», afirma ARI en su petición. La organización remarca que Musk «ha hecho importantes contribuciones al campo de la IA como empresario y como líder de opinión». También llaman la atención sobre el hecho de que el empresario promueva el desarrollo de la tecnología a la vez que hace hincapié en la importancia de que las soluciones sean seguras para «mitigar los riesgos existenciales y catastróficos».
Musk lleva años ligado al desarrollo de la IA. El empresario, incluso, formó parte del grupo de fundadores de OpenAI, la firma detrás del chatbot ChatGPT, en 2015. El sudafricano, no obstante, abandonó la startup a los pocos años por desavenencias con el resto de la junta directiva.
Actualmente, el jefe de X cuenta con su propia firma de inteligencia artificial, llamada xAI, la misma que está detrás del desarrollo de Grok, una suerte de trasunto de ChatGPT que emplea en sus respuestas un tono más burlon y sarcástico. Está a disposición de los usuarios que estén suscritos a la versión premium de la red social X.
Efectivamente, como reza la petición de ARI, Elon Musk se ha mostrado en varias ocasiones acerca de los riesgos que esconde el desarrollo de la inteligencia artificial. No es nada partidario del uso de la tecnología para la creación de armamento autónomo, capaz de atacar a objetivos humanos sin necesidad de que haya una persona a los mandos, dando órdenes. También ha presentado un par de demandas, la primera la acabó retirando, contra OpenAI, a la que acusa de anteponer sus propios beneficios e intereses comerciales al bien público.
ARI, además, se hace eco de una reciente entrevista en la que el ejecutivo afirmó que era importante que el nuevo Gobierno de Estados Unidos creara un organismo regulador que tuviera conocimiento de lo que las grandes tecnológicas están haciendo en materia de IA. A pesar de apoyar el nombramiento de Musk para liderar las políticas de IA del país, la organización reconoce que habría que encontrar mecanismos para evitar «conflictos de intereses, ya que el empresario, como hemos dicho, tiene sus propios negocios relacionados con la inteligencia artificial.