Durante mucho tiempo, se ha creído que la vida no podía proliferar en las profundidades de los océanos, unos lugares con condiciones extremadamente hostiles, sin apenas rastro de luz, con temperaturas gélidas y sometidos a altísimas presiones. Por eso mismo, se decía que, en el mejor de los casos, estos espacios podían ser habitados por microorganismos simples, como ciertos microbios o virus, y poco más. Pero ahora, según publica este martes la revista ‘Nature Communications’, una expedición científica desvela la existencia de un complejo y misterioso ecosistema en el subsuelo volcánico del océano Pacífico, justo debajo de unas fuentes hidrotermales que hasta ahora se consideraban inertes. «Hemos encontrado desde peces hasta gusanos tubícolas gigantes», afirman entusiasmados los investigadores que han liderado este hallazgo.