Publicado: septiembre 8, 2025, 12:30 pm
Un anestesista francés se sienta a partir de este lunes en el banquillo de los acusados de un tribunal de Doubs, en la frontera de Francia con Suiza, acusado de haber envenenado a 30 pacientes entre 2008 y 2017, de los cuales 12 murieron durante intervenciones quirúrgicas menores. Frédéric Péchier, de 53 años, se enfrenta a la posibilidad de ser condenado a cadena perpetua, que es la pena que pide la Fiscalía en este caso, considerado sin igual en los anales de la Justicia francesa.
El médico, que ha asegurado este lunes tener «sólidos» argumentos para defender su inocencia, está acusado de haber envenenado a 30 pacientes de edades comprendidas entre los cuatro y 89 años, de los cuales 12 fallecieron. Todo ello en un periodo de nueve años en dos clínicas privadas de Besançon, capital del departamento de Doubs.
«Me aterrarán estos tres meses y medio de juicio, pero aún tengo argumentos sólidos, así que no cederé«, ha declarado el acusado antes del inicio de las audiencias a la radio RTL. Asimismo, ha mantenido mantuvo que no se siente responsable del sufrimiento de las familias de los fallecidos.
Ante el Tribunal de lo Criminal de Doubs, el anestesista -inhabilitado desde el inicio de la investigación- se enfrentará a más de 150 partes civiles, tanto de víctimas como de familiares, defendidas por medio centenar de abogados. Péchier es sospechoso de haber contaminado las vías intravenosas de pacientes tratados por sus colegas para inducirles una paro cardíaco, antes de que, poco después, él mismo interviniese para reanimarlos.
En este caso, «sin precedentes en la historia judicial francesa», el acusado usaba a los pacientes sin problemas mayores de salud, en intervenciones quirúrgicas menores, «para perjudicar a un colega con quien tiene conflictos» y demostrar su capacidad de reanimación tras las paradas cardíacas de las víctimas, ha señalado el exfiscal de Besançon Etienne Manteaux.
Entre los afectados figuran un niño de cuatro años que sufrió dos paros cardíacos durante una operación de amígdalas o una mujer de mediana edad víctima de un infarto durante una intervención por un problema pulmonar, que quedó cuatro días en coma. Según Manteaux, el «modus operandi» consistía en contaminar las bolsas de sueros de rehidratación o de paracetamol con sobredosis de anestésicos locales o potasio.
Los investigadores sospechan que lo hacía a propósito para intervenir tras el infarto en el quirófano y salvarlos con el diagnóstico adecuado para disfrutar igualmente del reconocimiento de sus colegas. Pese a la gravedad de los hechos imputados, Péchier ha permanecido todos estos años en libertad vigilada, al considerar los jueces que no había riesgo de que volviese a actuar al estar inhabilitado. El veredicto se conocerá el 19 de diciembre.