Las navidades suelen ser un momento dulce del año, pero para Ángela Rozas, conocida como Madame de Rosa en Instagram, las celebraciones de 2024 se habrían visto empañadas. Y es que la influencer está atravesando un duro momento personal desde que quien fuera su marido, Miguel Ángel H.A. fue detenido.
Una delicada situación que no hizo más que empeorar cuando la noticia trascendió a la prensa. Y es que las críticas a su perfil no tardaron en llegar hasta el punto de que rompió el silencio para comunicar cómo se encontraba.
El durísimo escrutinio público al que se ha visto sometida ha girado en torno a los juicios de que hubiera mantenido una relación, durante más de 20 años, con una persona que ahora está procesada en la prisión de Navalcarnero de manera provisional.
Situación que, además, ha hecho que para la influencer resultara complicado encontrar un equilibrio entre su vida personal, profesional y situación legal donde también se vería afectado por la trascendencia mediática, el hijo de ambos, Romeo.
Lejos del proceso judicial en el que ahora se encuentra Miguel Ángel, su historia de amor se remonta a cuando Madame de Rosa era una adolescente y estaba todavía a años de distancia del mundo de eventos y pasarelas que le esperaba en un futuro.
La relación con el que sería su marido dio comienzo muy temprano, como otras parejas que se han visto crecer, como puede ser el caso de Paddy y Marcos Llorente, quienes también se conocieron de niños.
Sin embargo, pese a que su pareja ya se había fijado en ella -como la propia influencer comentó en uno de sus posts-, pasarían varios años hasta que se convirtieron en pareja. De hecho, según una de las pocas imágenes que hay en el perfil de Madame en la que aparecen juntos, contaba que su primer beso habría sido en 2003, cuando la influencer tenía 21 años.
Aquel noviazgo continuó durante varios años hasta que, en el año 2009 se dieron el «Sí, quiero» en una íntima ceremonia en Ibiza «en un atardecer», escribía la influencer en el pie de esa misma fotografía juntos.
Desde ese momento, su relación ha continuado de una manera muy discreta hasta que ampliaron la familia en 2011, ocasión en que le dieron la bienvenida a su hijo Romeo, quien también ha hecho apariciones esporádicas en las redes de su madre.
Sin embargo, la unidad familiar se tambalearía con la detención de Miguel Ángel, ya que esto habría supuesto un punto y final en su relación como confirmaría meses después la influencer, cuando reveló que ya no estaban juntos.
Si bien una de las mayores críticas que ha recibido Madame de Rosa al conocerse que los antecedentes del exmarido (que incluyen robos con fuerza, alunizajes, tráfico de drogas y butrones) se remontan a 1998, es que cómo ha podido estar con una persona así, es justo dar un poco de contexto sobre los mecanismos del corazón.
Y es que, desde fuera, hacer este tipo de reflexiones serían la prueba del buen funcionamiento de la brújula moral que tenemos como sociedad, pero desde la terapia de pareja, hacer juicios de relaciones de las que solo se conoce un aspecto, resulta parcial.
Cabe recordar, además, que los delitos no definen un vínculo sentimental (sí pueden afectarlo). Es decir, las relaciones de pareja son algo muy complejo imposible de reducir a un solo aspecto de la vida de las personas involucradas.
Del amor a la desilusión, la complejidad de los sentimientos
Por un lado, hacer esta reflexión no implica justificar los crímenes que se hubieran cometido. Tampoco supone una disminución de la importancia del impacto negativo que hayan tenido en las víctimas afectadas, así como en Madame de Rosa, Romeo y su círculo cercano.
Es un reconocimiento de la complejidad de las relaciones, que ni invalida el sufrimiento de los perjudicados ni quita la necesidad de que la persona responsable asuma las consecuencias, como ya está sucediendo.
Por otro, si había dudas sobre los valores de la influencer, el comunicado los resolvió de un plumazo: «Me enamoré de él cuando tenía apenas 14 años y a esa edad, es difícil tomar decisiones acertadas sobre las personas a las que queremos».
Una situación que no quita la lealtad emocional que se pudiera sentir hacia la pareja, a quien la influencer habría intentado ayudar, pero, en sus palabras: «No siempre lo he conseguido».
Con toda la información a la luz, Madame no dudó a la hora de expresar que, pese a que ya no serían pareja sentimental, «seguiré enamorada de él hasta que me muera«. Afirmación que se entiende analizando cómo son nuestros vínculos emocionales, que no siempre se ven condicionados por las acciones de la otra persona.
Y es que su historia compartida, las experiencias que han atravesado como pareja con el aumento de compromiso o su hijo, así como percibir en quien fuera su pareja, otras cualidades, son factores que sirven de sustento al amor.
También el apego o la esperanza de cambio pueden jugar un papel importante, además que las personas pueden mantener sentimientos contradictorios y el amor que expresa la influencer, no estaría reñido con desilusión o resentimiento hacia los actos perjudiciales cometidos por su ex.
Ahora, cobra todo el sentido del mundo cuando, en noviembre de 2023, comentó que para que funcionase su relación se necesitaba «mucha paciencia». Paciencia que ahora necesitaría multiplicada por dos, ya que la situación de crisis afecta no solo a su matrimonio sino a su hijo.
«Por respeto a su bienestar, jamás hablaré mal de su padre. Mi prioridad será siempre proteger y cuidar a nuestro hijo«, explicó en su perfil de Instagram. Aunque el vínculo emocional entre ellos se encontraría terminado por los acontecimientos.
Mientras Madame de Rosa está en una tormenta emocional con muchos frentes, en los que el dolor, el amor de esa relación que le trajo felicidad en el pasado, la incertidumbre o la presión por protegerse junto a su hijo, son lo primordial; se añade el estrés del público opinando y el estigma que rodearía tanto a ella como a Romeo.
Es un punto de su vida que requiere que mire por su bienestar emocional y mental, con límites claros en lo que a sus nuevas interacciones con su expareja se refiere, tirando de su red de apoyo de amigos y familiares y trabajando lo que más le puede ayudar a reconectar para enfrentarse a esta etapa con fuerza y claridad: la relación con ella misma.