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Patricia Montero y Álex Adrover, ¿por qué cada vez más parejas tardan años en casarse?

Publicado: marzo 9, 2025, 4:31 am


por Mara Mariño

Seguramente, cuando Álex Adrover y Patricia Montero se conocieron delante de las cámaras, no esperaban que la suya fuera a convertirse en una de las parejas más famosas del panorama nacional (y también de las más queridas gracias a la cercanía y espontaneidad que siempre han mostrado).

Después de casi 17 años juntos, su relación está en un punto de muchos cambios, y es que además de separarse, solo físicamente, por primera vez durante un tiempo que ninguno de los dos conoce -ya que Álex es uno de los concursantes de la nueva edición de Supervivientes-, se han casado legalmente, un trámite que, hasta ahora, no había sido prioritario en sus vidas.

Cuando hay seguridad y estabilidad en la relación de pareja, puede suceder que los pasos socialmente aceptados como el matrimonio, pierdan importancia, ya que no cambian ni el día a día de la pareja ni su bienestar.

Y de una base sólida, Álex y Patricia pueden hablar largo y tendido. Los actores se conocieron en 2008 durante el rodaje de la serie Yo soy Bea. Fueron los ratos entre grabación de escenas los que les ayudaron a conectar, ya que empezaron a conocerse más a fondo y descubrir que entre charlas y risas, la química entre ellos, era indudable.

No cabe duda de que la pasión por la interpretación unió a quienes se metieron en la piel de Be y Roberto también fuera de la pantalla, ya que en la ficción interpretaban a dos enamorados. En la vida real, los primeros años de su relación estuvieron llenos de alfombras rojas, eventos con sus respectivos posados en el photocall, viajes, pero también mucha aventura y grandes momentos con amigos, como cualquier pareja.

Fue en 2015 cuando su vida dio un giro al convertirse en papás de su primera hija, Lis. Y, como otras celebridades que apostaron por la paternidad antes que el matrimonio (como el caso de Chiara Ferragni y Fedez, por poner un ejemplo), se volcaron en su familia de tres.

Sin embargo, el actor tenía en mente que se convirtieran en esposos, algo que comenzó en el año 2017 cuando se prometieron de la manera más original, con una pedida de mano debajo del agua. En plena inmersión, Patricia encontró una cajita mientras hacían buceo juntos que llevaba un anillo dentro. Un descubrimiento que hizo mientras Álex le escribía en una pizarra si quería casarse con él.

Y aunque la boda se pospondría en varias ocasiones, en febrero de 2019 nació su segunda hija, Layla, por lo que la prioridad, era su vida familiar con la exigencia que tiene el nacimiento de un bebé.

Finalmente, cinco años después de volver a ser papás, en septiembre de 2024, Patricia y Álex se daban el «Sí, quiero» de manera muy simbólica en Cabo de Gata en una boda que duró tres días. Sin embargo, el trámite legal ha sido firmado justo unos días antes de que Álex emprendiera su viaje a Honduras.

El cambio social del matrimonio

Según estudios, las parejas que se casan en la treintena tienen menos probabilidades de separarse, así que en ese sentido, Patricia y Álex podrían estar muy tranquilos. Además, ambos están muy habituados a convivir y disfrutar de la vida junto al otro, independientemente de sus rutinas.

De hecho, como dijo la actriz en su perfil de Instagram, esta va a ser la primera vez en 16 años que se separan más de una semana. Sin duda, la fortaleza de su unión es uno de los motivos por los que nunca han tenido prisa por casarse. De hecho, que no oficializaran el trámite se debió a una cuestión de agenda.

Como los dos explicaban para Europa Press, la relevancia de pasar por el juzgado no era algo que les quitara el sueño. «Somos un desastre. Es así. Esa es la importancia que le damos al papel, imaginaos. Pero bueno, hay que hacerlo», comentaron cuando todavía no tenían el trámite firmado porque además habían ‘caducado’ los papeles.

Para ellos era un paso más por la carga sentimental que otra cosa. Por ello, en su propia dinámica de pareja, con las experiencias compartidas, las responsabilidades laborales y familiares estando implicados en la crianza de sus hojas, al ser una celebración y no una formalidad urgente, habría ocupado durante tanto tiempo un segundo plano.

Que prioricen lo emocional antes que lo administrativo es también la prueba de cómo su amor se ha construido en el día a día de estos más de 16 años, y no deja de ser importante que otras formas de vivir el amor, menos convencionales, se normalicen teniendo en cuenta que cada vez vemos más matrimonios tardíos como el suyo.

No hay una sola manera de construir una relación sólida, y mientras que hay parejas que quieren seguir un orden concreto, otras priorizan la convivencia, la crianza o los proyectos profesionales sin necesidad de formalizar su unión, como es el caso de los actores. Lo que han demostrado es que el amor y el compromiso que se profesan no depende de un documento, sino del vínculo entre ellos.

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