Publicado: enero 31, 2025, 7:15 am
Puede que en la gran pantalla, la historia de amor que primero se nos viene a la mente al pensar en Nicole Kidman sea la de Satine y Christian en Moulin Rouge. Pero lo cierto es que la actriz cuenta con una relación donde tampoco han faltado las adversidades, el trabajo en equipo ante ellas y la música.
Con casi 20 años de matrimonio a sus espaldas y dos hijas en común, Nicole Kidman y Keith Urban son adorados en Hollywood y en todo evento al que acuden. Sus posados en la alfombra roja siempre son el escenario de su complicidad, aunque por un tiempo, estas imágenes se harán esperar.
Los dos son australianos y, curiosamente, se conocieron en la otra punta del mundo, más en concreto en una gala del año 2005 que tuvo lugar en Los Angeles. Enseguida se intercambiaron los números y, aunque en aquel momento no tenían forma de saberlo, un año después se daban el ‘sí, quiero’.
Aunque esa noche se despidieron con la promesa de hablar pronto, el cantante de música country tardó unos cuatro meses en llamar a la actriz, quien podía imaginarse lo que era salir con un músico, ya que estuvo relacionada por un tiempo con Lenny Kravitz.
Sin embargo, la experiencia de su divorcio tras 10 años casada con Tom Cruise, no frenó a la protagonista de Babygirl, puesto que al poco de empezar a salir, en mayo de 2006, se prometieron.
Una pedida de mano que vino seguida de una boda exprés en Sidney donde Keith cantó para su esposa una canción. Si aquello parecía el comienzo de una etapa matrimonial de película, enseguida llegaría el primer bache para ambos, la relación del artista con el alcohol.
Y es que tan solo unos meses después de la ceremonia, la actriz fue un apoyo fundamental para su marido, quien entraría en rehabilitación por su problema de adicción. Una vez terminó el proceso de recuperación, los australianos pudieron disfrutar de viajes por todo el mundo y citas románticas.
Aunque ambos residían en Nueva York, en 2007 deciden dejar la Gran Manzana y mudarse a Nashville a una granja, lugar que les ofrecía un día a día lejos de los focos y los paparazzi.
De hecho, en esa nueva vida lejos del ajetreo de las grandes ciudades, Nicole y Keith ampliaron la familia, primero en julio de 2009 con su hija Sunday Rose y en diciembre de 2010 con Faith Margaret, quien nació a través de la gestación subrogada, una práctica polémica por la que también optaron Neil Patrick Harris y David Burtka para convertirse en padres.
Las dos hijas del matrimonio se sumaron a la familia reconstituida de Nicole Kidman con Isabella y Connor, los hijos que comparte con su ex, Tom Cruise y con quienes, para pena de la australiana, la relación no es muy estrecha.
Separación momentánea: una prueba de fe
En estos casi 20 años de matrimonio, son muchos los periodistas que se han acercado a la pareja a preguntar cuál es el secreto del éxito de su longeva relación, y, además de detalles simpáticos como que tienen cada uno un baño o una ducha con dos cabezales, mantener sus vidas profesionales separadas es algo que les ha permitido crecer personalmente y realizarse en sus carreras.
Que es justo lo que, curiosamente, va a poner distancia entre ambos muy pronto. Y es que el gran proyecto de Keith Urban este 2025 es el de volver a los escenarios en una gira internacional.
La separación de la pareja con motivo del High and Alive World, un tour después de tres años de parón, habría recibido el beneplácito de la actriz australiana, sí, pero sin duda habría dado pie a más de una conversación entre ellos.
La distancia entre los dos, si bien será momentánea mientras dura la gira de febrero a octubre de 2025, implica tener que confiar en Keith, así como en no poder prestarse el apoyo y la compañía a la que mutuamente están acostumbrados, ya que el ritmo de las giras suele ser extenuante para los artistas.
Por enumerar algunas fortalezas de la pareja, ambos cuentan con la experiencia de haber atravesado otros momentos complicados, así que este no tendría por ser la excepción. Keith empezará el recorrido mundial, viajará hasta Australia y terminará de vuelta en Estados Unidos, concretamente en Nashville.
Además, en caso de que la separación se torne complicada, con un ajuste de agendas, Nicole podría acercarse a algunos de los destinos en la gira de su marido (algo que no sería descartable que sucediera, puesto que es su mayor fan)
Lo que sí está claro es que esa recomendación que daban a otras parejas de «besarse al decirse hola y al despedirse«, porque, según la actriz «te hace estar conectado», tendrá que verse sustituida por otras formas de mantener vivo su vínculo durante los próximos meses.
