Publicado: agosto 9, 2025, 2:30 pm
Nicolas Cage, que está a punto de estrenar su nueva película The Surfer en España, cuenta con una extensa carrera profesional que también ha estado marcada por la polémica, sus vicios y adicciones. En una reciente entrevista, ha confesado el momento exacto en el que decidió dar un giro a su vida al dejar de apostar.
El actor estaba llamado al éxito. Lo lleva en la sangre. Y es que lo que no todos saben es que su tío es el director de cine Francis Ford Coppola. Cage renunció a este apellido para evitar ser relacionado con su famosa familia y que esto pudiera interferir de alguna forma en su trayectoria profesional. «Tuve que reinventarme. Legalmente sigo siendo Nicholas Coppola, pero soy Nicolas Cage. Amo a mi familia y todos sus logros, pero como actor joven, al entrar a las oficinas de casting no podía quitarme ese peso del nombre», confesó en una entrevista a la revista Tha Talks.
Leaving Las Vegas, el punto de inflexión en su carrera
Su carrera profesional despegó a principio de los 80. Fue precisamente su tío el que le brindó sus primeras interpretaciones en películas como La ley de la calle, Cotton Blue o Peggy Sage se casó. El actor pronto acaparó la atención de otros directores y, en 1987, intervino en comedias como Arizona Baby de Joel Coen, o Hechizo de luna de Norman Jewison.
Aunque, sin duda, el punto de inflexión en su carrera llegó en 1995, cuando interpretó a un guionista alcohólico en Leaving Las Vegas de Mike Figgis, un papel que le valió el Oscar a Mejor actor principal, coronándole como uno de los mejores actores de Hollywood.
Una vida marcada por los escándalos y las adicciones
Por aquel entonces, nada hacía presagiar que la película también marcaría un antes y después en su vida personal. Fue por entonces cuando comenzó su problema con el alcohol. «Si no trabajo, voy a sentarme con dos botellas de vino hasta que desaparezca, y como no quiero ser esa persona, tengo que trabajar«, admitió.
Sus primeros escándalos comenzaron en 2011 cuando fue detenido borracho por violencia doméstica y alteración del orden público tras discutir con su esposa en plena calle. Pero el alcohol no era su única adicción: el juego también pudo arruinar su carrera. «Siempre comparo la fama con la experiencia de apostar… Cuando ganas, sientes que estás en la cima del mundo, pero las sensaciones de perder son aún más intensas que las de ganar… La fama no es muy diferente de eso», declaró en una entrevista para Den Of Geek.
Sin embargo, una de sus anécdotas más recordadas con el juego no habla de ruina, sino de algo ‘mágico’. «Estaba en las Bahamas, y fue una de esas noches… Fue hace unos 20 años, entré al casino y fui a la ruleta. Sabía que era mi noche, y todos los números que elegía salían ganadores. Incluso la mujer que hacía girar la bola decía: ‘No existe nada más dulce que un repetidor’. Y yo seguía apostando. Y pensé: ‘¡Esto es mágico! Lo logré, sucedió’. Y al día siguiente pensé que era tan especial, que encontré un orfanato, conocí a todos los niños, y le dije a la directora: ‘Señora, esto es para ustedes’. Así que, sí, lo confieso, di 20.000 dólares en efectivo a la directora de un orfanato y nunca más volví a apostar, porque arruinaría la magia de aquella noche», contó a Marilyn Manson en una entrevista para Interview Magazine.
