El papa Francisco ha publicado este martes en Italia su autobiografía, titulada Spera (Esperanza, en español) de la editorial Plaza & Janés, que recoge recuerdos de su infancia, adolescencia y los momentos más importantes de su pontificado, además de revelar dos atentados fallidos durante su viaje a Irak. El libro fue escrito durante más de seis años junto con el periodista italiano Carlo Musso y estaba destinado a publicarse después de la muerte del pontífice, pero al final se decidió hacerlo con ocasión del Jubileo que se celebra este año.
En la obra, el papa Francisco rememora que sus abuelos y su padre se libraron de un naufragio al cambiar los billetes del barco que les iba a llevar desde Génova a Buenos Aires en 1927. «Mis abuelos y su único hijo, Mario, el joven que sería mi padre, habían comprado el billete para esa larga travesía, para aquel barco que zarpó del puerto de Génova el 11 de octubre de 1927 con destino a Buenos Aires. Pero no habían logrado vender a tiempo lo que poseían», explica en el libro, según un extracto publicado por el portal oficial Vatican News.
«Al final, a su pesar, los Bergoglio se vieron obligados a cambiar el billete y posponer su salida hacia Argentina. Por eso estoy aquí ahora. No os podéis imaginar cuántas veces me encontré agradeciendo a la Divina Providencia», añade. Según relata, aquel trasatlántico fue ‘el Titanic italiano’: «Aquel barco, de casi 150 metros de eslora, había sido el orgullo de la marina mercante de principios de siglo, el transatlántico más prestigioso de la flota italiana, había transportado a personas como Arturo Toscanini, Luigi Pirandello».
Francisco también recuerda en el libro episodios de su infancia como el de un compañero de la escuela que un día tomó el arma de su padre y mató a un amigo del barrio. «La noticia también nos explotó como un disparo, nos impactó. Lo encerraron en la sección penal del hospital psiquiátrico y fui a verlo. Fue mi primera experiencia concreta de prisión», manifiesta.
Bergoglio también señala que desde su segundo año de vida y hasta los 21 años residió siempre en la calle Membrillar 531, en una casa de una sola planta, con tres habitaciones, un baño, una cocina con comedor, un comedor más formal y una terraza. «Esa casa y esa calle fueron para mí las raíces de Buenos Aires y de la Argentina en su conjunto. Una casa sencilla en un barrio sencillo, todas casas bajas. Había un aire tranquilo y pacífico, un clima de confianza en los demás y en el futuro», destaca.
Conflictos internacionales
Por otro lado, el papa repasa muchos de los conflictos y crisis internacionales de la actualidad. Así, menciona sus intentos de mediar en la guerra en Ucrania y su petición incluso de viajar a Rusia y a la que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, contestó «que no era el momento». También explica su dolor el 7 de octubre de 2023 con los ataques de Hamás: «Para mí fue dos veces doloroso: en aquella matanza perdí a viejos amigos argentinos que vivían en un kibutz de la frontera con Gaza».
En este sentido, asegura que matar a civiles indefensos como ha hecho Israel en Gaza «también es terrorismo» y que reducir «al hambre a la población produce el mismo terror insensato», en uno de los pasajes de su autobiografía. Pero añade: «A ese desastre, a esa barbarie, luego se añadiría otra, enorme: los raides aéreos israelíes, que causarían miles de muertes de inocentes, sobre todo mujeres y niños; y cientos de miles de evacuados, casas destruidas, gente a un paso de la carestía…».
El pontífice relata que está en contacto con Gaza y con la iglesia de la Sagrada Familia, cuyo párroco es el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, que acoge a familias y enfermos. «La señora Nadha Khalil Anton y su hija Samar Kamal, que era cocinera en la casa de los niños discapacitados al cuidado de las monjas de la madre Teresa, murieron a manos de un francotirador del ejército israelí mientras se dirigían al convento y trataban de protegerse mutuamente. A otros los mataron a sangre fría en los alrededores de la parroquia, una pequeña comunidad cristiana que llora la muerte de más de veinte de sus miembros».
«Eso también es terrorismo. La guerra que mata a civiles indefensos y desarmados, incluso a voluntarios de Cáritas que distribuyen ayuda humanitaria, que atormenta sin tregua a los civiles, que reduce al hambre a la población produce el mismo terror insensato», advierte. El papa critica además «la vergonzosa incapacidad» de la comunidad internacional para poner fin a esta «masacre». «La ola de odio se ha convertido en un maremoto de violencia».
«La homosexualidad no es un crimen»
Francisco también se refiere a su salud y que incluso tras las operaciones y hospitalizaciones «nunca» ha pensado dimitir, mientras que ante la muerte confiesa: «Aunque sé que ya me ha concedido muchas, solo le he pedido una gracia más al Señor: cuida de mí, que sea cuando quieras pero, Tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico… Así que por favor, que no me haga mucho daño».
El papa reitera, a su vez, que la Iglesia acoge a todos, «también las personas divorciadas, también las personas homosexuales, también las personas transexuales». «¡Pero son hijos de Dios! Pueden recibir el bautismo en las mismas condiciones que los otros fieles, y en las mismas condiciones que los demás pueden ser aceptados como padrino o madrina, así como ser testigos de una boda».
«La homosexualidad no es un crimen, es un hecho humano, por lo que la Iglesia y los cristianos no pueden permanecer indolentes ante esta criminal injusticia, ni ser pusilánimes», asegura. «Ninguna ley del derecho canónico lo prohíbe«, escribe en el libro.
Por último, el papa también rememora detalles de su juventud. «Me sentí atraído por dos chicas en aquella época, una de Flores, de la parroquia, y otra del barrio de Palermo». «Salíamos en grupo, íbamos a bailar el tango. Yo tenía 17 años y ya sentía en mi interior la inquietud de la vocación por el sacerdocio. Ambas señoras siguen con vida y volvería a verlas siendo ya obispo: una dirigía una parroquia del barrio de Caballito y la otra aún vivía en Palermo; ambas estaban casadas y tenían hijos», revela.