Publicado: mayo 8, 2017, 9:19 pm
Más allá de los discursos radicalmente divorciados del gobierno y la oposición sobre la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente hecha por el presidente Nicolás Maduro, caben algunas preguntas:
-En un escenario donde, según todas las encuestas -incluso, las que maneja el Ejecutivo-, el gobierno es minoría electoral, ¿es seguro que el gobierno controle una eventual Asamblea Constituyente?
-¿Tendría realmente efectividad política una ANC convocada con normas electorales extrañas, ajenas a los principios ya no constitucionales, sino democráticos, según los parámetros universalmente aceptados?
-¿Tendría reconocimiento internacional, legitimidad y acatamiento interno, y viabilidad financiera un gobierno surgido en condiciones no claramente democráticas, a partir de la eventual ANC? ¿O haría más complejo el panorama para un posible alivio -ya no recuperación- de la actual situación económica precaria?
-¿Debería la oposición plantearse participar, finalmente?
El economista Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino Capital, hace un análisis que intenta responder estas preguntas.
La primera gran conclusión es que el gobierno corre el mayor riesgo con la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, mientas que la oposición «tiene poco que perder», aun si decidiera no participar.
El economista advierte que «una línea de razonamiento sostiene que el gobierno nunca haría una propuesta de elecciones que podría perder. En otras palabras, el gobierno sólo diseñaría reglas exageradamente a su favor para asegurar virtualmente su victoria. Si bien esto puede ser cierto, es sorprendente que el gobierno no haya escogido la opción que aseguraría su permanencia en el poder: la suspensión indefinida de las elecciones. Esto sugiere que el gobierno está limitado, ya sea por factores internos o externos, a legitimarse a través de algún tipo de evento electoral, introduciendo inevitablemente algún riesgo en su estrategia».
Más adelante, Rodríguez abre otra hipótesis, que es compartida por no pocos analistas: «También es posible que el movimiento del gobierno no sea más que un ´farol político´ de alta participación, en el que exagera su poder de manipular las instituciones electorales para tratar de convencer a la oposición de sentarse a dialogar fuera de una convocatoria constituyente».

Según el análisis del economista Francisco Rodríguez, las comunas no garantizan mayoría gubernamental en una eventual ANC
LOS ESCENARIOS
Para el economista Francisco Rodríguez, con los supuestos -aun vagos- de bases electorales que ha manejado el gobierno, se abren 3 escenarios de posibles resultados:
- Elección a través de representantes nominales -según los parámetros de 2015- con representación de sectores comunales y gremios: Oposición 261 constituyentes (52,2%) y Gobierno 239 (47,8%).
- Elección a través de delegados por sectores de población, con representación adicional de sectores comunales y gremios de diversa índole: Oposición 264 constituyentes (52,8%) y Gobierno 236 (47,2%).
- Elección por distritos y con sobre representación de sectores rurales más sectores comunales y gremios: Gobierno 288 constituyentes (57,6%) y Oposición (42,4%).
Lo anterior deja claro que, según las cuentas del economista y analista internacional de mercados financieros, la sola representación corporativa no asegura al gobierno al menos 50% de una eventual Asamblea Nacional Constituyente, por lo que parece obligado a manipular las circunscripciones y a sobre representar poblaciones para ganar.
Esto es, precisamente, lo que el gobierno ha venido haciendo desde 2012. El problema es que las condiciones políticas complejizan la aceptación sin protesta de un movimiento semejante, no solo en Venezuela, sino en el exterior.
«La Asamblea Constituyente es una apuesta de alto riesgo para el gobierno. Si gana, reafirma el control sobre las instituciones y podría reescribir las reglas para disminuir aún más el alcance de la rendición electoral de cuentas. Pero si pierde, perdería el control sobre las ramas del gobierno que podrían ser claves para su supervivencia como un movimiento político en el futuro», dice Rodríguez.

Según el análisis de Torino Capital, según las normas comiciales, la oposición podría dividirse sobre plantearse participar.
LOS DILEMAS OPOSITORES
Para Francisco Rodríguez, economista-jefe de Torino Capital, hasta ahora no participar parece la estrategia óptima para la oposición, ya que tiene posibilidades de hacer que el gobierno se vea obligado a ofrecer otro evento electoral más competitivo, pero de menor riesgo, como las elecciones regionales, para tratar de bajar el conflicto.
«También existe la esperanza de que un boicot sirva para aislar aún más al gobierno, tal vez obligando a algunos sectores militares a cambiar lealtades y expulsar al Ejecutivo del poder», advierte.
Sin embargo, Rodríguez dice que si el gobierno concreta su propuesta constituyente, en la oposición podría surgir el debate sobre participar o no, incluso en un terreno político muy adverso, porque, en una perspectiva más estratégica, «no está claro que la mejor estrategia de la oposición sea quedarse sin participar».
Por: Armando J. Pernía