Publicado: julio 1, 2017, 11:41 pm
El acné es una enfermedad inflamatoria de la piel, caracterizada por aumento de la oleosidad de la piel, puntos negros y en casos más severos la aparición de nódulos y quistes, que se manifiestan en áreas de la piel ricas en glándulas de grasas, como la cara, pecho y espalda.
La Sociedad Venezolana de Dermatología Médica, Quirúrgica y Estética ha venido desplegando campañas de concientización y despistaje de esta patología dermatológica, que afecta la calidad de vida de estos pacientes, porque a veces se refleja en bajo rendimiento escolar e incapacidad de socialización.
Los especialistas insisten en la importancia de tratar de forma temprana esta patología para evitar secuelas físicas y emocionales, da a conocer la Dra. María Esther Chirinos Rodríguez, Médico Dermatólogo, miembro titular y ex Presidenta de esta institución médica.
Los factores que pueden originar el acné son complejos. Se han identificado cuatro causales principales: alteraciones en la queratinización en el canal folicular, la hiperproliferacion del propionebacterium acné, la hipersecreción de sebo y la inflamación.
Adicionalmente, están los factores genéticos y ambientales, que incluyen a la alimentación en algunos pacientes más susceptibles.
Como la glándula sebácea se despierta a partir de los 8 o 9 años (sebarquia), se produce un aumento de la oleosidad en los niños en general y de allí se inicia este proceso inflamatorio que depende de los riesgos relativos a sufrir la enfermedad, como los de carácter genético y ambientales, que se producen en ambos sexos.
El acné predomina en adolescentes; sin embargo, eventualmente se puede observar en niños y, en años recientes, es cada vez más frecuente en mujeres adultas, en una subpoblación a partir de los 20 años asociada a endocrinopatias como ovarios multifoliculares/ poliquisticos (SOP), hiperplasia suprarrenal congénita y síndrome metabólico.
Igualmente se estima que factores ambientales, como el consumo de comidas rápidas, entre otras, se expresan con más frecuencias en edades adultas, en asociación con síndrome metabólico, resistencia periférica a la insulina y la asociación de ACNE/SOP.
El riesgo genético o herencia puede ser determinante, en líneas generales, en la persistencia de acné en el adulto.
«Al recibir en nuestras consultas a niños con herencia familiar de esta patología, se insiste a la madre, en la necesidad de combatir la sebarquia infantil, lavando frecuentemente la cara con jabones adecuados para lograr disminuir esa oleosidad que puede tapar los folículo, paso inicial en la escalera de tratamiento en el acné», dice la Dra. María Esther Chirinos Rodríguez.
Igualmente, se deben mantener hábitos alimenticios adecuados que garanticen una tránsito intestinal diario (entre ellos, no abusar de los lácteos y de alimentos que aumenten la insulina en sangre), uso de maquillajes hipo alergénicos, según la edad,, libres de aceites no comedogénicos, testados dermatológicamente, y el uso del protector solar ya que la luz impacta a las glándulas sudoríparas y sebáceas implicadas en la exacerbación del acné.
Los tratamientos en general son individualizados, según la edad, sexo, patologías asociadas, herencia de acné cicatrizal y bajo la premisa de que se trata de una enfermedad crónica que debe tratarse de forma temprana y agresiva, en función de evitar las secuelas físicas y emocionales, buscando la remisión del proceso a corto y largo plazo.
LAS TERAPIAS
Dentro del espectro terapéutico se utilizan desde antibióticos y antimicrobianos tópicos, retinoides tópicos y en casos que lo ameritan, tratamiento sistémicos desde antibióticos, anti andróginos en mujeres y retinoides sistémicos, como la isotretinoina en casos especiales.
Hoy en día, se cuentan adicionalmente con terapias de luz y algunos láseres, así como la terapia foto dinámica y tratamientos con productos dermocosméticos como la línea francesa La Roche-Posay, que cuenta con el aval de 25.000 dermatólogos en todo el mundo, con los cuales esta casa ha trabajado por más de 30 años.
