Publicado: septiembre 25, 2025, 4:30 am
Para el año 2050 podrían diagnosticarse 30,5 millones de nuevos casos de cáncer en todo el mundo, y se producirían 18,6 millones de muertes debido a esta enfermedad, un aumento del 75% respecto al año 2024, cuando se produjeron. Son las contundentes cifras que pronostican los colaboradores del último gran estudio de la Carga Mundial de Enfermedades, publicado esta semana en la revista The Lancet.
A pesar de los múltiples avances en la detección, prevención y tratamiento del cáncer logrados en los últimos años, entre 1990 y 2023 también se ha producido un rápido incremento tanto de los nuevos casos como de los fallecimientos derivados del cáncer, debido en gran medida al crecimiento de la población y su envejecimiento en todo el mundo.
Los investigadores estiman que un 42% de los 10,4 millones de muertes producidas por cáncer en 2024 están vinculadas a 44 factores de riesgo modificables, entre los que destacan el tabaco, la contaminación del aire, relaciones sexuales de riesgo, riesgos laborales y una dieta poco saludable. Además, gran parte de esos incrementos se producirán en países de ingresos bajos y medianos, donde sí han aumentado notablemente las tasas de nuevos casos de cáncer desde 1990, evidenciando un crecimiento desproporcionado de la enfermedad en entornos con menos recursos.
El estudio subraya que «a pesar de la clara necesidad de actuar, las políticas de control del cáncer y su implementación siguen sin recibir la prioridad necesaria en la salud mundial, y la financiación para abordar este desafío en muchos entornos es insuficiente», tal y como afirma la doctora Lisa Force, autora principal del trabajo e investigadora del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington (EEUU).
Factores evitables
El cáncer de mama fue el más diagnosticado en 2023 a nivel mundial en ambos sexos, mientras que los tumores de tráquea, bronquios y pulmón se situaron como los más mortales. Según el estudio, el 42% de las 10,4 millones de muertes por cáncer registradas ese año —unos 4,3 millones de casos— se atribuyeron a 44 factores de riesgo potencialmente modificables.
Los factores de riesgo conductuales fueron los que más contribuyeron a la mortalidad por cáncer en todos los países, independientemente de su nivel de ingresos. El consumo de tabaco se mantuvo como el principal responsable a escala global, vinculado al 21% de las muertes por cáncer. Sin embargo, en los países de menores ingresos esta tendencia cambia: allí el sexo sin protección superó al tabaco como principal factor, asociado al 12,5% de los fallecimientos por cáncer.
Entre los hombres, casi la mitad de las muertes por cáncer (46%) estuvieron relacionadas con factores modificables como el tabaco, la dieta poco saludable, el consumo elevado de alcohol, los riesgos laborales y la contaminación del aire. En las mujeres, el peso de estos factores fue del 36%, destacando el tabaco, el sexo sin protección, la mala alimentación, la obesidad y los niveles elevados de glucosa en sangre como principales riesgos ambientales y conductuales.
Riesgo en países con menos recursos
El coautor del estudio, Theo Vos, del IHME, insiste en que «dado que cuatro de cada diez muertes por cáncer están relacionadas con factores de riesgo establecidos, como el tabaco, la mala alimentación y la hiperglucemia, existen oportunidades para que los países aborden estos factores de riesgo, lo que podría prevenir casos de cáncer y salvar vidas, además de mejorar el diagnóstico y el tratamiento precisos y tempranos».
La coautora Meghnath Dhimal, del Consejo de Investigación en Salud de Nepal, alerta de que «el aumento del cáncer en los países de ingresos bajos y medios es un desastre inminente». Los investigadores señalan, además, que sus estimaciones están limitadas por la falta de datos de calidad sobre el cáncer precisamente en los países con menos recursos, donde creen que se ha subestimado la carga de la enfermedad en relación con estos casos variables.
«Estos países se encontrarán con el desafío del cáncer cuando todavía tienen otras patologías infecciosas como principal problema de salud«, manifiesta Josep M. Borràs, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona, en declaraciones al Science Media Centre (SMC). «Un reto muy complejo de gestionar», añade el especialista.
Finalmente, los autores del estudio instan a que «la prevención del cáncer sea un reto prioritario de los gobiernos y organismos en todo el mundo», reiterando que un gran número de los casos y muertes por cáncer se podrían evitar aplicando políticas sólidas de prevención y fortaleciendo los sistemas de salud.