Publicado: mayo 11, 2025, 2:30 am



Aunque Luke Evans se encuentra en una feliz relación con su novio, Fran Tomás, con quien vive en Madrid. De quien más se ha hablado estas últimas semanas ha sido de la relación que tuvo el actor de El Hobbit o La Bella y la Bestia con Jon Kortajarena.
Y es que aunque su relación, que duró un año y medio, sucedió hace unos años (entre 2014 y 2016), ha sido un episodio de su vida que el inglés ha querido revisitar en sus memorias, El chico de los valles de Gales (Ediciones Camelot, 2025).
En su libro hay todo un capítulo dedicado a su historia de amor con el modelo vasco. Un fragmento que hemos podido conocer gracias al adelanto publicado por la revista Vanity Fair y que confirma una realidad a voces en la terapia de pareja: que la gestión emocional es clave de cara a que sobreviva cualquier relación.
Si bien Luke ha compartido con la prensa estadounidense que Fran y él están formando una feliz vida en pareja, esa calma y seguridad que estaría experimentando, habrían brillado por su ausencia cuando Jon y él salían juntos, algo que puede depender de un sinfín de factores internos o externos, aunque, en su caso, la prensa fue la principal responsable.
Jon y Luke se conocieron delante de las cámaras literalmente, ya que sus caminos se cruzaron en la gala amfAR en Cannes de 2014 y para el actor el flechazo fue inmediato en cuanto vio al modelo en persona.
A partir de ahí empezaron a conocerse en la más absoluta privacidad, pero un gesto espontáneo en una aparición pública alertó a la prensa. Fue en una fiesta de Bvlgari cuando el actor le rodeó la cintura con el brazo, por lo que las especulaciones de que estaban saliendo juntos dieron comienzo. «Aún no estábamos en ese punto, ¡aunque lo estaríamos unas semanas después!», explica Luke en sus memorias.
Desde ese momento, el actor y el modelo empezaron a ser perseguidos por los fotógrafos en Madrid, ciudad donde convivían. Aumentaron sus esfuerzos para intentar mantener ese cordón sanitario alrededor de su relación hasta el punto de que si asistían a un evento, Luke hacía la alfombra roja sin él y luego se encontraban dentro.
Sin embargo, llegó un momento que se juntaron las agendas profesionales totalmente colapsadas y sus acaloradas discusiones, seguidas de reconciliaciones. Según el inglés, el hostigamiento de los paparazzi solo fue la gota que colmó un vaso demasiado lleno.
«Ver nuestras vidas privadas cubiertas por toda la prensa nos ponía nerviosos. Sin duda, perjudicó a nuestra relación, porque constantemente estábamos en guardia y mirando a nuestras espaldas. No lo gestionamos nada bien, y la mayoría de las veces acabábamos volcando nuestra frustración y nuestros miedos en la otra persona», relata el actor.
La importancia de una buena gestión emocional
La falta de experiencia al ser la primera vez que el actor que interpretó a Gastón salía con un famoso, los fuertes temperamentos de ambos, la presión mediática y la falta de herramientas para procesar todo este cóctel, hicieron de la suya una relación que, como el mismo Luke describe en sus memorias, se asemejaba al flamenco: «Llena de amor y pasión, pero también de furia y tormento y drama a raudales«.
Y es que uno de los pilares fundamentales para construir vínculos que superan la prueba del tiempo es la gestión emocional, ya que contribuye a sostener la convivencia y resolver conflictos de manera constructiva, algo que ellos no lograron.
«Éramos una pareja volátil y teníamos discusiones de lo más dramáticas. En varias ocasiones salí hecho una furia de su apartamento en Nueva York en pleno invierno y recorrí las calles con mi maleta», un extracto del libro de Luke que evidencia la importancia no solo regular las emociones intensas, sino reconocer los patrones de comunicación tóxicos (como el ataque y la huida) para establecer acuerdos que impliquen cuidarse mutuamente incluso si es en pleno momento de discusión.
En palabras de Luke: «Jon era adictivo, el drama lo era también, pero al final nos superó. Ni siquiera hubiera funcionado sin el interés de la prensa. Ambos estábamos centrados en nuestras carreras, así que viajábamos mucho por separado, y los dos éramos muy conocidos». Por mucho amor que hubiera entre ellos, el inglés comentó que el hecho de que otros hombres flirtearan con su pareja, también explica que se dieran peleas alimentadas por inseguridades no expresadas y el desgaste de su intensa vida pública.
Por suerte, en sus memorias también comenta cómo, pese a haber tenido un final complicado del que ambos salieron muy perjudicados, consiguieron reconciliarse cinco años después, en el cumpleaños de una amistad en común. Una ocasión en la que se abrazaron y pudieron poner un cierre tierno a su historia, que ahora sigue en forma de amistad.
Además es algo que ha servido de aprendizaje para el actor quien, en su relación presente, tiene una vida mucho más rutinaria que contribuye a nutrir su amor, lo que se sostiene cuando hay estabilidad: «Por lo general, me atrae la gente que vive una vida normal, porque esa es la vida que he intentado conservar. La vida real supone hacerte la cena, pagar tus facturas y trabajar duro, no estrenos atiborrados de celebridades y fiestas».