Publicado: octubre 1, 2025, 3:04 am
En un presente que parece a menudo dominado por un rápido “sí” o “no” o un “like” en las redes sociales, es curioso ver que hay espacios en los que nos tomamos nuestro tiempo para ahondar en el pasado. Dos británicos, Tom Holland (no este Tom Holland) y Dominic Sandbrook, por ejemplo, han conseguido millones de fans para el podcast The Rest Is History, en el que charlan y bromean durante horas sobre momentos históricos que van desde la antigüedad hasta tiempos modernos.
«Mira por encima del hombro de alguien en el metro de Londres, y hay posibilidades de que esté conectado a algún episodio», observó Nick Pope en la revista masculina Esquire, «puede que sea a la serie de seis capítulos dedicada al Titanic, en la que Holland y Sandbrook desmienten los mitos creados por Hollywood; o podría ser una aparición especial, quizás el episodio en el que Tom Hanks, amigo del podcast, se pasa de geek con las misiones a la luna de la NASA».
Con 15 millones de descargas al mes, más de la mitad del público del legendario podcast es de la generación TikTok, de menos de 35 años, e incluso hacen giras en el mundo anglosajón. Holland, especialista en Historia Antigua y Sandbrook, historiador de la Moderna, trabajan para la empresa Goalhanger que fundó el ex futbolista de Barça, Gary Lineker, con dos socios que son especialistas de la radio y la televisión.
Millones también escuchan Empire, un podcast dónde el académico escocés William Dalrymple y la periodista e historiadora Anita Anand cuentan “el ascenso y la caída de los imperios, los gobernantes y los eventos que moldearon la historia mundial”.
Dalrymple, que habla a menudo desde su casa en India y Anita Anand, cuyos padres son punjabi, exploran muchas de las realidades de los imperios, incluyendo por supuesto al británico, y contestando preguntas como: “¿Tuvo el Imperio Británico tanto poder como nos han hecho pensar?” o “¿Cómo terminó el gusto británico por el té en una guerra sobre el derecho a vender la droga a China?”.
Nos atraen estos podcasts, en parte, como acierta The Economist, porque queremos rellenar “los grandes huecos” de nuestra educación. El fenómeno muestra que hay una oportunidad y un deber para los académicos, para que nos cuenten mejor su trabajo, como explicó el historiador y periodista holandés Jona Lendering este mes en Segovia en el festival Hay. “Las ciencias y la erudición están para informar a la gente,” dijo.
A veces hay desinformación sobre temas bien documentados porque los trabajos rigorosos están detrás de muros de pago, observó, o porque los académicos no contrastan con compañeros de otros campos que podrían arrojar luz sobre una teoría.
También en su afán por interesar al público sobre sus investigaciones, los historiadores y arqueólogos permiten, a veces, notas de prensa que exageran, se queja Lendering: “Ojalá los académicos, cuando hablan a un público más grande, expresaran la misma incertidumbre que cuando conversan con sus compañeros cuando excavamos o cuando descubrimos algo.”