Publicado: abril 5, 2017, 9:19 pm
El anuncio gubernamental de implantar un sistema de subastas semanales de divisas, como una «segunda etapa» del sistema DICOM no ha levantado expectativas positivas en el mercado, básicamente porque los economistas no tienen claro de dónde saldrá la oferta de dólares para alimentar el mercado.
En principio, el presidente Nicolás Maduro no ofreció ninguna explicación concreta sobre el funcionamiento del mecanismo, y todavía no aparece un funcionario que de explicaciones sobre cómo se realizarán las dos subastas semanales, cuáles serán los criterios de selección de participantes y de asignación de las divisas.
Lo más probable es que se regrese al sistema de «subastas selectivas», según el cual el Ministerio de Finanzas y el Banco Central de Venezuela convocan a sectores económicos específicos y fijan un monto a subastar. Hay que recordar que, mientras este sistema operó, nunca se supo exactamente cuál era el criterio de asignación.
En teoría, el sistema de subastas está vigente, por lo que el anuncio no es una novedad, sino una reimplantación, ya que, además, el DICOM -Sistema de Divisas Complementarias- tampoco ha entrado en vigencia, a pesar de haber sido decretado hace meses.
El BCV mantiene un sistema de «flotación» para el dólar SIMADI -Sistema Marginal de Divisas- que, hasta ahora, no ha operado con criterios racionales de mercado.
El dólar paralelo regresó a una paridad de 3.000 bolívares, luego de haber registrado un descenso considerable, hasta niveles de 2.700 bolívares por dólar, básicamente como resultado de una reducción de las operaciones -por razones estacionales y por escasez de liquidez, según algunos analistas- y de la expectativa por un eventual cambio en el sistema de administración de divisas.
Hasta ahora, el anuncio gubernamental no ha despertado un ápice de confianza en los agentes económicos.
¿De dónde vendrían las divisas para las subastas? Básicamente, de las operaciones de las empresas mixtas del sector petrolero, las cuales, por cierto, están muy reducidas, ya que el acuerdo de congelación de producción de la Opep ha impuesto un tope de 1.900.000 barriles diarios a Venezuela y, por otra parte, la coyuntura de menores precios internacionales ha «enfriado» las inversiones.
Indican fuentes del sector petrolero consultadas por GERENTE.COM que las empresas privadas socias de PDVSA están esperando las condiciones de las subastas y, sobre todo, evaluar la competitividad real del tipo de cambio a utilizar, porque consideran que la tasa SIMADI no es suficiente.
Además, indican que las operaciones de la mayoría de los bloques de la Faja Petrolífera del Orinoco «Hugo Chávez» está en niveles bajos, pues se espera la renegociación de algunas condiciones contractuales y hay poco estímulo para mejorar un petróleo pesado, cuya rentabilidad es menor en las condiciones actuales del mercado.
Por: Armando J. Pernía