Publicado: agosto 9, 2025, 3:30 am
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski ha afirmado este sábado que Ucrania no entregará su tierra a los invasores tras conocer la fecha oficial de la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin fijada para el 15 de agosto en Alaska. El encuentro se realizará sin la presencia del mandatario ucraniano quien ha exigido reiteradamente tener voz y voto en el asunto. Según el presidente estadounidense, Kiev tendría que hacer concesiones territoriales para poner fin al conflicto. «No pueden tomarse decisiones en nuestra contra, no pueden tomarse decisiones sin Ucrania. Sería una decisión contra la paz », advirtió en redes sociales, mientras el presidente estadounidense y su homólogo ruso preparan un encuentro para intentar poner fin a este conflicto. La ofensiva a gran escala de Rusia contra Ucrania, lanzada en febrero de 2022, ha dejado decenas de miles de muertos y grandes destrozos . Al cabo de más de tres años de combates, las posiciones de Kiev y Moscú parecen irreconciliables. Trump, quien ha prometido en numerosas ocasiones poner fin a la guerra en Ucrania, ha hablado varias veces por teléfono con el presidente ruso en los últimos meses, pero no se ha reunido con él desde que regresó a la Casa Blanca en enero. Será por tanto el primer encuentro en persona entre ambos desde junio de 2019, durante el primer mandato del republicano (2017-2021) y la primera vez que Putin pise suelo estadounidense desde 2015, cuando gobernaba el demócrata Barack Obama. Moscú exige que Ucrania ceda cuatro regiones parcialmente ocupadas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de Crimea, anexionada en 2014, y que renuncie a los suministros de armas occidentales y a cualquier adhesión a la OTAN. Estas exigencias son inaceptables para Kiev, que exige la retirada de las tropas rusas de su territorio y garantías de seguridad occidentales. Esto incluiría más suministros de armas y el despliegue de un contingente europeo, a lo que Rusia se opone. Ucrania pide también, en coordinación con sus aliados europeos, un alto al fuego de 30 días, que Moscú rechaza.