Publicado: mayo 14, 2025, 11:00 am
No siempre las sustancias tóxicas o el alcohol son adictivos para las personas, en el mundo laboral existe un fenómeno que ha evolucionado con el paso de los años, el denominado workaholic, la adicción al trabajo.
Es un silencioso mal que atrapa a las personas mediante jornadas de trabajo extensas que los mismos empleados se autoimponen o que las organizaciones exigen, a tal grado de laborar durante sus vacaciones o días de descanso.
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De acuerdo con el Termómetro Laboral de la OCC, el 49% de los trabajadores en México ha experimentado adicción al trabajo al menos una vez en su carrera debido al estrés laboral.
Indica que la necesidad compulsiva de trabajar frecuentemente puede emerger como un mecanismo para evitar enfrentar ciertas emociones que son complicadas dentro del trabajo, como la presión por terminar las tareas o la búsqueda de validación por parte de los jefes.
“La presión de los superiores también se destacó como un factor significativo, con un 19% de los participantes señalando esta causa como la razón detrás del workaholism. Un 12% considera que los problemas emocionales como la depresión o la baja autoestima pueden contribuir al desarrollo de la adicción al trabajo”, refiere la encuesta de la bolsa de trabajo.
Por otro lado, Marina Aguilar, especialista en salud mental en el trabajo, explica que son personas que dan todo por la empresa, ya sea tiempo, esfuerzo, dedicación, e incluso hasta poner de su bolsillo para cubrir ciertas metas.
“Es esa persona que da todo y hasta lo que la misma persona no tiene por y para el trabajo. Estamos en un momento histórico, donde las generaciones que vienen ya tienen una conciencia más clara sobre que el trabajo no es la vida, sino que el trabajo es una parte de la vida, y hay otras esferas que también se tienen que acuñar”, comenta.
Mientras que, París Ravelo, especialista en salud ocupacional y bienestar, indica que un workaholic tiene una necesidad convulsiva de laborar excesivamente, y puede experimentar dificultad para limitar la cantidad de tiempo que dedica al trabajo, e incluso, cuando tiene consecuencias negativas en su salud, relaciones personales y en general en su bienestar.
“Es una adicción conductual en el trabajo y al trabajo que se convierte para esas personas en una prioridad de vida, y a menudo en detrimento de otras áreas importantes de su vida. Tienen una preocupación constante por el trabajo. Piensan que incluso fuera del horario laboral y durante el tiempo libre y vacaciones todo el tiempo están pensando en trabajar. A veces y muy a menudo, tienen una incapacidad para desconectarse, sacrifican su vida personal por dedicárselas al trabajo”, destaca.
Según el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) los denominados workaholic tienen imposibilidad de dedicar tiempo satisfactorio a las relaciones humanas, familiares, y hasta las diversiones.
“Las consecuencias psicológicas y las somáticas son las que, generalmente, sufren las personas adictas al trabajo”, dice el catedrático de Psicología y Psiquiatría Médica de la Universidad Complutense de Madrid, Francisco Alonso Fernández, en el informe de la WEF.
A su vez, París Ravelo, indica que el concepto de workaholic ha experimentado una evolución significativa en la sociedad moderna, influyendo por los diferentes cambios económicos, tecnológicos y hasta los culturales.
“Tiene mayor visibilidad y reconocimiento. Esto quiere decir que hay un aumento de la conciencia en el fenómeno del trabajo excesivo. Esto no es nuevo, la sociedad moderna ha visto un aumento en la conciencia y el reconocimiento del workaholic como un problema distinto, diferente de la simple dedicación o pasión al trabajo”, apunta.
En ese sentido la experta detalla que entre los factores que han contribuido a que esta palabra cada día sea más utilizada son: la cultura de productividad y de éxito, ya que la sociedad moderna valora la productividad.
“El éxito profesional y los logros financieros generan una presión implícita o explícita para trabajar largas horas y priorizar el trabajo por encima de otras áreas de la vida. La competencia en el mercado laboral global puede llevar a los individuos a sentir una necesidad de trabajar más para asegurar su posición y avanzar profesionalmente”, subraya.
Según Acsendo, existen cinco indicios que los trabajadores pueden tomar en cuenta para saber si son workaholic:
- Trabajar más de diez horas al día: Si la jornada diaria rebasa las 10 horas constantemente, es una señal de alerta.
- Ansiedad fuera de la oficina: Cuando se experimenta ansiedad e incapacidad para dejar de pensar en las tareas pendientes.
- No disfrutar otras actividades: Es la persona que piensa todo el tiempo en el trabajo, no importa dónde esté o lo que haga.
- Descuido de la salud: Las personas adoptan hábitos que afectan marcadamente su salud con tal de pasar más tiempo en la oficina.
- El trabajo te define: Para un adicto al trabajo su labor es la clave de la autoestima, y al no estar laborando se tienen sentimientos negativos.
Efectos físicos y mentales por ser workaholic
De acuerdo con Marina Aguilar, los problemas mentales principalmente vienen por el agotamiento, incluso está enlazada con el burnout.
“Una persona workaholic definitivamente está padeciendo burnout, porque no tiene límites, tiempos, espacios para su autocuidado. Cuando una persona no tiene autocuidados afecta su salud mental, no duermen bien y no se comen adecuadamente, y de ahí vienen todas las repercusiones como temas cardiovasculares”, refiere.
En tanto, París Ravelo indica que los problemas de sueño serían de las principales afectaciones, ya que no permiten desconectarse del trabajo.
«Sigues pensando en el trabajo. Recordemos que la falta de descanso puede generar diversos problemas de salud. Como no duermes bien, te levantas cansado y esto se puede traducir en una fatiga crónica. El resultado de trabajar en exceso no te permite una recuperación adecuada”, explica.
En cuanto a efectos mentales, la especialista señala que puede desarrollarse el estrés crónico, ansiedad, depresión, e irritabilidad, “se dificulta relajarse, pensamientos obsesivos sobre el trabajo, sentimientos de culpa por no trabajar lo suficiente, disminución de la satisfacción vital, problemas de concentración y memoria, aislamiento social”.
Impacto en la productividad
Si bien trabajar más no es sinónimo de mayor productividad, Marina Aguilar señala que las organizaciones deben generar políticas necesarias para evitar este tipo de efectos ente los colaboradores.
“La principal política que se tiene que generar es la cuestión del respeto de los horarios, y horarios flexibles para que realmente las personas puedan tener esos límites, tener tiempo para mí, para mi familia, para realmente desconectarme y ver mis otras esferas, es lo principal en las empresas”, señala.
Agrega que antropológicamente un workaholic para las empresas siempre va a ser alguien que se pone la camiseta. “Y cuando las empresas empiezan a ver afectaciones por quedarte más tiempo, es cuando lo haces mal. Porque la persona ya no duerme bien, no come a sus horas”.
En tanto, París Ravelo, comenta que en los lugares de trabajo deben existir políticas que fomenten el equilibrio entre la vida laboral y personal.
“Que se establezcan políticas claras sobre desconectarte en las horas en las que ya no es necesario que estés conectado, que los jefes, supervisores, etcétera, no estén comunicándose con los empleados fuera de estos horarios”, concluye.