Publicado: abril 18, 2025, 2:30 am
«Éramos felices y no lo sabíamos». Con estas palabras, Guillermo Díaz Ibáñez, más conocido en sus redes como Willyrex, ha dado inicio a uno de sus vídeos más íntimos hasta la fecha, en el que el streamer ha echado la vista atrás para reflexionar, en retrospectiva, sobre cómo ha cambiado YouTube, la plataforma que le catapultó a la fama en internet.
Y es que, a pesar de que han pasado más de 15 años desde que, en 2009, un por entonces adolescente Willy subió su primer vídeo, no son pocos los que aún recuerdan con cariño a la primera oleada de youtubers, entre los que destacan otras personalidades de internet aún vigentes a día de hoy como Vegetta, El Rubius, Mangel y Luzu, entre otros.
Una generación «cuanto menos peculiar», en sus propias palabras, que pasaba muchas horas «encerrada» en su habitación grabando vídeos mientras jugaba a videojuegos. Algo que, en su caso particular, hacía «en secreto» pues «subir vídeos a YouTube no era guay, no era algo que estuviese de moda, ni te daba ningún tipo de estatus entre sus amigos».
«Todos los niños soñaban con ser jugadores de fútbol, astronautas o pilotos. Nadie soñaba con ser un friki encerrado en su habitación», recuerda Willyrex, haciendo hincapié en que ninguno de esos primeros youtubers era plenamente «consciente» de lo que hacía y que su propia pasión les llevaba a no tomar ningún respiro. «No nos hacían falta descansos porque era lo que más nos gustaba hacer», suelta.
En este sentido, el madrileño, quien actualmente reside en Andorra, destaca que nadie de su entorno le comprendía, por lo que muchos de sus compañeros del gremio encontraron un refugio en internet. «Por supuesto, no se ganaba dinero. Solamente nos costaba dinero, quebraderos de cabeza y discusiones de que estudiásemos más», subraya.
Con el paso de los años, el sector se fue profesionalizando, si bien, a pesar de ganar desorbitadas cantidades de dinero, mantuvieron el mismo estilo de vida, ajenos a la búsqueda de negocio en las redes sociales. Esto, según cuenta, defiende que fue una equivocación. Y es que muchos de ellos , al principio, no lograron adaptarse a la creciente industria que se había formado en torno a ellos:
«Hemos visto que todas las generaciones que han venido después han venido con una fuerza que nosotros no la teníamos. Nuestro único objetivo era pasarlo bien y compartirlo», apunta el youtuber, no sin antes reflexionar sobre el acoso que recibían y su negativa cobertura en los medios de comunicación. «Nos tenían miedo. No nos podían controlar», dice.
Ahora, en cambio, la situación es muy distinta. Muchos niños, a día de hoy, sueñan con convertirse en creadores de contenido y alcanzar la posición que ellos mismos ocuparon en la época dorada de YouTube, aunque, en su caso, sin realmente saberlo.
Aun así, el youtuber hace balance positivo de todo lo que vivió. Esto junto a la amistad de empezar series como Karmaland y el haber podido avanzar todos juntos, casarnos, haber tenido parejas, hijos algunos… si todo eso se lo dijese a mi yo de 16 o 17 años, no se lo creería», concluye.