Publicado: febrero 24, 2025, 3:15 pm
Después de varios días alejada de las redes sociales, Violeta Mangriñán ha reaparecido este domingo para actualizar sobre su estado de salud. «He pasado dos noches con 39 grados de fiebre, delirando y empapada en sudor», reveló la influencer en sus historias de Instagram, confesando no haberse sentido «tan mal» desde que, en 2023, padeció la gripe A.
«Los días que estamos pachuchos nos hacen valorar aún más la salud y la suerte de poder estar al cien por cien», añadió la valenciana, quien aún continúa recuperándose de la gripe B e intenta guardar reposo en casa, a pesar de los cuidados y atenciones que requieren sus hijas, Gala y Gia, en cada momento.
Una reflexión llena de optimismo que, sin embargo, contrasta con el evidente desgaste emocional que dejó ver la pareja de Fabio Colloricchio apenas unas horas después a través de sus historias de Instagram, en las que, «reventada de la vida», llegó a bromear al respecto, diciendo que, a este ritmo, terminará contagiándose de «todo el diccionario» de gripes posibles.
En este contexto, la creadora de contenido volvió a hacer mención de la enfermedad de Hashimoto que le diagnosticaron hace unos años, un trastorno autoinmunitario que, si no se recibe el tratamiento adecuado, puede causar hipotiroidismo o tiroides hipoactiva, entre otras afecciones como la pitiriasis alba, de la que ella misma habló hace unos meses.
«No bebo, no fumo, como sano. En fin, que me cuido y me pongo mala. Y luego los hay que fuman, salen cada finde y comen para el orto y no se enferman nunca. Que alguien me lo explique», lamentó Violeta. Y es que, según cuenta, aunque los exhaustivos análisis que se realiza cada seis meses confirman que «todo está perfecto», sigue enfermando con excesiva frecuencia, especialmente cuando sus pequeñas la contagian.
«Me consuela pensar que no soy la única a la que le pasa lo mismo con sus hijas», expresó la exconcursante de Supervivientes, si bien, siguiendo los consejos de salud que compartió con ella uno de sus seguidores, va a intentar «reducir al máximo» su consumo de gluten. «Pero no prometo nada porque siempre que lo intento acabo fracasando», añadió.