Publicado: marzo 8, 2025, 3:00 am
Hace apenas unos días, una mujer presentaba una queja formal en el hospital Alfredo Espinosa de Urduliz (Bizkaia). No es un caso aislado; sin ir más lejos, un informe sobre la cuestión publicado en el año 2020 en la revista especializada International Journal of Environmental Research & Public Health sobre más de 17.500 mujeres españolas encontró que un 38,3% de las madres percibió haber sido víctima de este tipo de violencia y un 44,4% cree que fue sometida a procedimientos innecesarios durante el parto.
¿Qué es la violencia obstétrica? ¿De dónde procede el concepto?
Aunque pudiera parecer que esta cuestión se ha puesto sobre la mesa sólo recientemente, en realidad el término ‘violencia obstétrica’ es muy antiguo: una de sus primeras menciones la encontramos tan atrás como en 1827, en una conferencia de 1827 en Londres recogida en la revista médica The Lancet.
En ella, el obstetra James Blundell (un pionero famoso, entre otras cosas, por llevar a cabo la primera transfusión de sangre a un paciente para tratar una hemorragia) denuncia ciertas prácticas que por aquel entonces eran comunes en los paritorios británicos: «tremendas laceraciones, inversiones del útero» y las pruebas de técnicas experimentales con graves secuelas en mujeres sin siquiera informarlas debidamente.
De hecho, Blundell ataca duramente el ansia por intervenir quirúrgicamente de muchos de sus colegas, y aboga por permitir, en la medida de lo posible, que el parto se desarrolle de forma natural y sólo actuar cuando la situación así lo exija.
Esta crítica se perpetuó durante años, aunque de forma relativamente minoritaria, en boca de muchos profesionales de la obstetricia. Sin embargo, es cierto que no fue hasta el advenimiento del movimiento feminista que, poco a poco, estas ideas salieron del mundo puramente académico para trasladarlas al debate colectivo.
Tanto fue así que en 2014 la OMS emitió una declaración en la que, sin emplear las palabras «violencia obstétrica», alertaba de que «muchas mujeres alrededor del mundo experimentan tratos irrespetuosos, abusivos o negligentes durante el parto» que incluirían «abuso físico, profunda humillación y abuso verbal, procedimientos médicos no consentidos o coercitivos (incluyendo esterilización), falta de confidencialidad, fallos a la hora de obtener su consentimiento informado, negación a la hora de recibir tratamiento para el dolor, importantes violaciones de la privacidad, negación del ingreso en instalaciones médicas, negligencias que provocan complicaciones evitables potencialmente mortales, y retención de ellas mismas y de los niños en las instituciones por no poder pagar».
Todo ello motivó que en 2019 la Asamblea General de la ONU elaborase un informe en el que enumeraba numerosas prácticas consideradas violencia obstétrica (esta vez sí, empleando las palabras exactas), que en conjunto forman la definición más aceptada a día de hoy; siguiendo lo señalado en dicho informe, podríamos decir que el concepto se refiere a cualquier instancia de maltrato físico, medicalización excesiva, intervención innecesaria o inapropiada, negación de atención o intervenciones necesarias, falta de información o de respeto al consentimiento informado, retención ilegal, negación de la anestesia, falta de respeto a la intimidad o comentarios sexistas o vejatorios de la que sean objeto la parturienta o su bebé.
Perspectiva feminista y controversias
Lo cierto es que todas las prácticas citadas por la ONU están ya sancionadas por la legislación española como malas praxis o negligencias. Sin embargo, en el año 2021 se levantó la polémica en España cuando el Ministerio de Igualdad, entonces encabezado por Irene Montero (Podemos) anunció su intención de incluirla en la reforma de la ley del aborto «como una forma de violencia machista». Al final, y después de enfrentarse con la oposición del PSOE, el término desapareció del texto y fue sustituido por una mención al ‘parto respetado’. La norma, eso sí, recogía algunas políticas destinadas a combatir parte de estas prácticas.
El enfoque de considerar la violencia obstétrica bajo el paraguas más amplio de la violencia machista responde a una perspectiva feminista, que entiende que la violencia obstétrica forma parte de la discriminación y violencia estructurales a la que están sometidas la mujer en las sociedades patriarcales, y por tanto es cualitativamente diferente a otras formas de negligencias o malas praxis médicas.
Es decir, según esta óptica, esta forma de violencia sería resultado de una medicina que está inevitablemente condicionada por valores y sesgos personales, por cuestiones económicas y por la política (una concepción a la que el filósofo francés Michel Foucault se refiere como biopolítica) y que, en el marco de una sociedad patriarcal, reproduce por tanto una discriminación estructural hacia la mujer.
En este marco, teniendo en cuenta que la violencia machista se define como aquella violencia a la que se ven sujetas las mujeres por el hecho de serlo, la violencia obstétrica es definible como tal.
El Consejo de Colegios de Médicos se pone de lado
Quizás los mayores opositores a la inclusión de la violencia obstétrica en la reforma legal fueron los colegios profesionales y asociaciones de profesionales de las especialidades ginecológica y obstétrica, y que queda bien sintetizada en el comunicado emitido en 2021 por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
La postura de esta institución era entonces (sin que se haya pronunciado en sentido contrario hasta el día de hoy) que la categorización de la violencia obstétrica como violencia machista «criminaliza las actuaciones de profesionales que trabajan bajo los principios del rigor científico y la ética médica».
Sin embargo, van más allá; en el mismo comunicado, el organismo se opone por completo al empleo del concepto, llegando a afirmar que «el uso del término ‘violencia’ es particularmente ofensivo: los procedimientos obstétricos que puedan considerarse excesivos o inapropiados serían, en todo caso, acciones basadas en el principio de beneficencia, que buscarían lo mejor para la mujer».
Tres denuncias del CEDAW a España por este motivo
Lo cierto es que en los últimos años la realidad de la violencia obstétrica, tal y como la entienden los organismos internacionales, se ha hecho cada vez más visible en España.
Por ejemplo, en 2020 el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de la ONU instó a España a indemnizar a una mujer que en 2011 denunció haber sufrido procedimientos médicos sobre los que no había sido informada y que no había autorizado, que además le causaron daños físicos y psicológicos duraderos. Los hechos fueron luego desestimados por los tribunales españoles.
La misma institución volvió a emitir en 2022 un dictamen en el que reconocía el caso de una mujer a la que se le indujo el parto sin su consentimiento, sin proporcionarle información sobre alternativas y de manera prematura en un hospital público de Donostia. La noticia publicada por las Naciones Unidas incluso denuncia que a esta paciente «se le practicó una cesárea sin justificación médica» y que «durante la operación tuvo los brazos atados y no estuvo presente su esposo».
Por último, en 2023, nuestro país recibió otra reprimenda por parte del CEDAW por el caso de una mujer a la que se le practicó una cesárea que ella no deseaba y tras presionarla para recibir la epidural, que se le administró «entre risas».
Referencias
Desirée Mena-Tudela, Susana Iglesias-Casás, Víctor Manuel González-Chordá, Águeda Cervera-Gasch, Laura Andreu Pejó & María Jesús Valero-Chilleron. Obstetric Violence in Spain (Part I): Women’s Perception and Interterritorial Differences. International Journal of Environmental Research & Public Health (2020). DOI: https://doi.org/10.3390/ijerph17217726
James Blundell. Lectures on the theory & practice of midwifery. The Lancet (1827). DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(01)75285-3
Michel Foucault. Nacimiento de la biopolítica – curso en la Universidad de Francia, 1978-1979. AKAL (2012). ISBN: 978-84-460-2316-6.
Naciones Unidas (2020). España necesita combatir la violencia obstétrica, dicen expertos de la ONU. Consultado online en https://www.ohchr.org/es/2020/03/spain-needs-combat-obstetric-violence-un-experts?LangID=S&NewsID=25688
Naciones Unidas (2022). España: Comité de derechos humanos encuentra violencia obstétrica y pide reparar a la víctima. Consultado online en https://news.un.org/es/story/2022/07/1511702 el 07 de marzo de 2025.
Naciones Unidas (2023). Dictamen del Comité en virtud del artículo 7, párrafo 3, del Protocolo Facultativo respecto de la Comunicación
núm. 154/2020. Consultada online en https://www.franciscafernandezguillen.com/wp-content/uploads/2023/03/DECISION-CEDAW-C-84-D-154-2020-NOT.10-3-2023.pdf el 07 de marzo de 2025.
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