Publicado: mayo 12, 2025, 5:01 pm

La economía venezolana enfrenta una de las peores crisis de su historia, con una deuda externa que asciende a 180 mil millones de dólares, equivalente al 180% del Producto Interno Bruto (PIB).
Por: lapatilla.com
En una entrevista exclusiva con La Patilla, Gustavo García, economista con experiencia en el Banco Central de Venezuela, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ofreció un diagnóstico claro y propuestas concretas para sacar al país del colapso económico.
Principalmente, mencionó que tras 25 años de gestión chavista, el PIB nominal de Venezuela se mantiene estancado, pero ajustado por inflación sería significativamente menor que en 1999, cuando Hugo Chávez asumió el poder.
“La deuda era de 32 mil millones de dólares entonces; hoy supera los 180 mil millones”, señaló García. Asimismo, indicó que este endeudamiento, combinado con reservas internacionales líquidas de apenas dos mil y tres mil millones de dólares, hace que la deuda sea “impagable” en condiciones normales.
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El economista explicó que los intereses de esta deuda equivalen casi al gasto público total del país, lo que genera un “sacrificio social insostenible”.
Además, sostuvo que Venezuela lleva más de siete años sin pagar intereses de bonos, acumulando demandas en Nueva York por parte de acreedores que no reciben respuesta del gobierno. “El régimen no levanta el teléfono para negociar”, criticó García.
Reestructuración de la deuda: Un paso urgente
Para Gustavo García, la solución pasa por un proceso simultáneo de reestructuración de la deuda y acuerdos con organismos multilaterales como el FMI, el Banco Mundial y el BID.
“Venezuela necesita contactar a los acreedores y darles la cara, algo que este gobierno no ha hecho”, afirmó. Propone replicar el modelo del Plan Brady, en el que participó, donde se renegociaron términos con acreedores para aliviar la carga financiera.
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En el caso de empresas expropiadas, sugiere devolver los activos a sus dueños originales, siempre que no hayan sido destruidos, y ofrecer incentivos fiscales para que inviertan en su recuperación.
Para los bonos de Pdvsa y la República, recomienda convocar un comité de acreedores en Nueva York, un procedimiento estándar que facilitaría la negociación.
Emergencia humanitaria y transparencia estadística
García enfatizó que cualquier plan económico debe priorizar la emergencia humanitaria: «Con más del 80% de la población en pobreza y altos índices de desnutrición infantil, propone un programa de transferencias directas para alimentos y medicinas, financiado por multilaterales».
Según su análisis económico, este plan aprovecharía la alta bancarización de Venezuela, donde el 90% de la población tiene cuentas y tarjetas de débito, permitiendo una distribución eficiente a través de pagos móviles.
Además, destacó la necesidad de transparencia estadística. “Venezuela lleva años sin publicar cifras confiables de PIB, balanza de pagos o balances fiscales”, señaló.
Recomendó trabajar con el FMI, el Banco Mundial y la ONU para reconstruir el sistema de estadísticas nacionales, un proceso que podría tomar de tres a seis meses, pero que es esencial para negociar con acreedores y atraer inversión.
Privatización y reactivación económica
El economista abogó también por privatizar empresas estatales, como las de Guayana y parte de Pdvsa, ya que el Estado no tiene recursos para recuperarlas.
“El gobierno debe enfocarse en la inversión social, como educación, salud y atención a la pobreza, mientras el sector privado asume la reactivación de industrias”, explicó.
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Pdvsa, con una deuda de 45 mil millones de dólares y una infraestructura deteriorada, necesita inversión privada para aumentar la producción petrolera, clave para financiar la recuperación.
Por esa razón, García dijo que debe aplicarse un plan de emergencia para el sector eléctrico, incluyendo un intercambio de petróleo por combustibles con Citgo, que abastecería gasolina, gasoil y fuel oil para reactivar las termoeléctricas y reducir los apagones.
Estabilización sin dolarización
A pesar de la inflación anualizada superior al 180% y la devaluación del bolívar, Gustavo descartó la dolarización total.
“Dolarizar estabiliza financieramente, pero frena el crecimiento, como en Ecuador y El Salvador, donde la productividad no se alinea con el dólar”, argumentó.
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En cambio, propuso un modelo multimonedas, como en Perú y Chile, donde el bolívar coexista con el dólar y el euro, permitiendo transacciones libres y depósitos en divisas.
Para frenar la inflación, sugirió prohibir el financiamiento del gasto público con emisión monetaria, fortalecer las reservas internacionales y garantizar la independencia del Banco Central. “La inflación es el impuesto más empobrecedor, y afecta más a los pobres”, sentenció.