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Vargas Llosa sufría una enfermedad incurable desde hace cinco años

Publicado: abril 15, 2025, 8:30 am

En el verano de 2020, Mario Vargas Llosa recibió una noticia médica de alcance: padecía una enfermedad incurable. Así lo relata en su edición de este martes 15 de abril El País.

Vargas Llosa llevaba entonces cinco años viviendo con Isabel Preysler, por quien dejó a la madre de sus tres hijos, Patricia Llosa. Sin embargo, según relata el periódico, el escritor escribió una carta a Álvaro, Gonzalo y Morgana, la ‘tribu’, como los llamaba él, para contarles el difícil diagnóstico, lo que sirvió para estrechar de nuevo su relación paterno filial.

Vargas Llosa decidió no hacerlo público a nadie más y convivir con la enfermedad mientras pudiera, es decir, seguir con su vida de escribir, viajar y leer.

En esos momentos, vivía una ‘gran pasión’, tal y como él mismo lo calificó con la viuda de Miguel Boyer. En la casa de Preysler, en Madrid, donde se instaló, siguió realizando una hora de ejercicio por la mañana y escribiendo siete días a la semana. Las tardes las dedicaba a la lectura y también a hacer algo de gimnasia.

Continuó también viajando, acompañado por Isabel Preysler, y consiguió disimular sus frecuentes visitas al médico. Incluso se internó en una clínica marbellí 21 días para hacer ayuno.

La enfermedad, que seguía su camino, consiguió acercarle a su familia real, hasta que en abril de 2022 tuvo que ser ingresado. Su hijo mayor, Álvaro, anunció entonces que la razón de la hospitalización fue la COVID. Poco después rompía con Isabel.

Después de regresar al seno familiar, incluyendo a su mujer, Patricia, Vargas Llosa continuó escribiendo y asistiendo a actos públicos, como su ingreso en la Academia Francesa en París. En julio de 2023 volvió a ser ingresado, por su enfermedad, aunque su hijo repitió que había sido de nuevo por causa de la COVID.

El Nobel abandonó su tarea literaria, con una última novela, Le dedico mi silencio (Alfaguara), y el adiós a su labor de articulista en El País. Decidió regresar a Lima, donde tenía una casa y era atendido por profesionales médicos. Su tiempo, hasta su muerte este 14 de abril, transcurrió entre paseos por los escenarios de sus novelas, en Lima, y la compañía familiar: Patricia, sus tres hijos, sus siete nietos y numerosos amigos.

Con todos ellos celebró el pasado 28 de marzo su último cumpleaños: 89. Y aunque la memoria ya le fallaba, señala El País, pidió ser recordado como escritor. Porque Vargas Llosa decía que no escribía para la muerte, escribía para la vida.

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