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Una protesta de jubilados desata la mayor represión del Gobierno de Milei: “Están armados hasta los dientes"

Publicado: marzo 12, 2025, 11:30 pm

Las calles de Buenos Aires han sido testigos de la mayor represión policial desde que Javier Milei llegó a la Presidencia, en diciembre de 2023. Lo que iba a ser una protesta habitual de jubilados frente al Congreso de Argentina, apoyada por hinchas de fútbol, sindicatos y movimientos sociales, terminó con la detención de un centenar de personas y un fotógrafo que recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza.

Los jubilados, que se encuentran en su mayoría en situación de pobreza por sus bajos ingresos, reclaman una actualización de las pensiones, la restitución de la cobertura de medicamentos y la continuidad de la moratoria previsional, que vence este marzo y que daba pensión a aquellas personas sin suficientes años cotizados.

Hasta el momento, fuentes oficiales han confirmado que hay 103 detenidos y 20 heridos, entre ellos el fotógrafo que está en estado muy grave.

Y entre los detenidos hay siete sindicalistas de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Carga policial sin precedentes

El fotógrafo argentino Pablo Grillo es la primera víctima de la represión policial. Se encuentra en estado grave tras recibir este miércoles el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza, lo que le provocó una fractura de cráneo, según confirmó su padre, Fabián Grillo.

Grillo fue disparado cuando realizaba tomas de la Policía en la plaza del Congreso argentino donde hoy se desató una gran represión contra los manifestantes que acudieron a apoyar las demandas de los jubilados

Todo empezó cerca de las 16:30 hora local (20:30 en España), cuando cientos de policías, apostados desde temprano en las inmediaciones del Congreso, cargaron contra los manifestantes que cortaban de forma pacífica las avenidas Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, en pleno centro de Buenos Aires.

Los agentes rociaron con gases lacrimógenos y golpearon con palos a quienes protestaban hasta despejar de gente la avenida Entre Ríos, que atraviesa la plaza donde se levanta el imponente edificio del Legislativo. Algunos ciudadanos respondieron arrojando piedras.

Minutos después un camión recorrió la avenida hasta Bartolomé Mitre expulsando fuertes chorros de agua. Allí, otro grupo de manifestantes intentaba acercarse a la plaza y cantaba canciones contra el Gobierno y las fuerzas de seguridad, con letras como “que triste debe ser tener que pegarle a un jubilado para poder comer”, “Milei, vos sos la dictadura” o “que se vayan todos”.

Quienes se acercaban al Congreso, donde ya es una tradición ver a los jubilados manifestarse cada miércoles, sentían el picor del gas en los ojos, las fosas nasales y la garganta.

Héctor, que portaba un cartel con la frase “Basta de genocidio silencioso” contó que cobra la jubilación mínima (menos de 300 dólares mensuales): “Estamos defendiendo nuestros derechos y queremos que se vaya este gobierno hambriador”.

Liliana, otra habitual de los miércoles, se acercó a uno de los oficiales y le gritó: “Qué papelón como nos tratan. Vayan a ayudar a Bahía Blanca (ciudad donde ha habido una gran inundación) en lugar de reprimirnos”.

“Están armados hasta los dientes contra los jubilados», se lamentó en declaraciones a la prensa.

La hinchada con los jubilados

Hinchas de distintos equipos de fútbol, incluso rivales, se unieron por la misma causa. Carlos, de 75 años y fanático de Chacarita Juniors, es uno de ellos: “Si tengo que perder mi vida luchando como un jubilado la voy a perder, pero mis hijos y mis nietos van a ser libres, esta patria no merece lo que tenemos en el gobierno”, dijo.

Una joven contó que había ido hasta el Congreso en nombre de su madre y sus abuelos: “Es impresionante lo que están haciendo con los abuelos, no se puede permitir, hay que parar esto”.

La policía comenzó a cargar contra la gente cerca de las 17:00 hora local (21:00 en España).

La agencia EFE fue testigo de cómo Beatriz Bianco, de 87 años, fue empujada por un policía, que la golpeó la cabeza contra el asfalto y terminó en el hospital.

Los manifestantes comenzaron a replegarse ante la carga policial y se dirigieron hacia la Casa Rosada, sede del Gobierno, pero un grupo de policías motorizados subieron los vehículos a las veredas para perseguirlos.

En la Avenida de Mayo apareció volcado y prendido fuego un vehículo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y, en ese ambiente, varios manifestantes increparon a otros acusándolos de ser infiltrados y causantes de los disturbios.

Una represión conocida

Durante la avanzada policial, un grupo se resguardaba sobre la mítica avenida Callao, entre ellos un hombre con los ojos rojos por el efecto de los gases, quien, ahogado en lágrimas, dijo a EFE: “Están destruyendo el país, esta represión ya la tuvimos muchas veces».

Pablo, con camiseta del club Ferrocarril Oeste, se resguardaba junto a su pareja, de Boca, de la violencia policial, mientras se lamentaba por la situación de los jubilados: "no pueden vivir con lo que están cobrando”.

Al anochecer, la Policía volvió a tomar la avenida Rivadavia y empujó a un grupo de jubilados.

La iniciativa de acompañar este miércoles a las personas mayores en su protesta surgió tras los hechos ocurridos hace justo una semana, cuando un hincha de Chacarita Juniors, de 75 años, fue rociado de gases y golpeado por la Policía, hasta romperle la muñeca.

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