Publicado: noviembre 25, 2025, 1:00 am
La promoción de una nueva cultura laboral es una narrativa que pierde sustancia, cuando trascienden los preparativos de festejos fastuosos, como los que este fin de semana ocurrirán en honor de Abel Neftalí Domínguez Azuz en su natal Zumpango. El líder máximo de la Confederación de Trabajadores y Campesinos ha convocado al rancho de su familia para su cumpleaños número 45 años.
Intocados por los dos pisos de la Cuarta Transformación, los liderazgos sindicales. Ninguno de los poderosos jefes de las centrales que apuntalaron al PRI fueron perseguidos con el ascenso de la izquierda al poder. El único que ha podido vencerlos es el tiempo.
El control de la burocracia era estratégico, en el plan cuatroteísta. El magisterio ya había cambiado de dueño y el coahuilense Alfonso Cepeda pudo frenar la intentona —respaldada por Julio Scherer y Marcelo Ebrard— de los elbistas para retomar el control del SNTE. Con la FSTSE, que dominó Joel Ayala por casi cuatro décadas, hubo menos esfuerzos porque el líder llevaba mucho tiempo retirado, por enfermedad.
El Estado de México fue la cuna de muchos de los liderazgos más prolongados en la historia del sindicalismo mexicano. Los cetemistas Fidel Velázquez y Armando Neyra Chávez eran de Nicolás Romero; Wallace de la Mancha, de Ecatepec. José Luis Moreno Vélez, de la COCEM, era de Tlalnepantla, y los hermanos Abel y Leonel Domínguez Rivero, de la CTC, de Zumpango.
Estos dos fueron los más cercanos a la familia Hank Rhon. Uno de sus herederos, Raúl Domínguez Rex, cumplió con dos décadas de militancia priista —fue legislador y dirigente del tricolor en el Estado de México— y hace un año decidió retirarse de la vida política, con lo que Domínguez Azuz quedó al frente de la central cetecista.
Un relevo generacional que coincidió con el inicio del segundo piso de la 4T. Desde la campaña presidencial, Claudia Sheinbaum. El diálogo con los líderes del antiguo Congreso del Trabajo quedó a cargo de César Yáñez y Alfonso Ramírez Cuéllar, quienes pudieron transitar en esa ruta y sumar al sector empresarial.
Había antecedentes ominosos: el aumento a los salarios mínimos y el control de precios, herencia del lopezobradorismo. Pero Ramírez Cuéllar logró construir los consensos para instaurar el del Consejo Social, Económico y Ambiental, figura planteada a inicios del milenio por las organizaciones sindicales adheridas a la UNT.
Esta vez, la propuesta —con el aval de la OIT— contó con el respaldo de la Coparmex y un bloque amplio de organizaciones sindicales adscritas al Congreso del Trabajo. Hace una semana, en Tijuana, y este fin de semana, en Zumpango, volverá a materializarse la convergencia de líderes empresariales y representantes de trabajadores.
Los diálogos –que se han extendido durante un año—han participado Tereso Medina Ramírez, secretario general adjunto de la CTM; Rodolfo González Guzmán, secretario general de la CROM; Abel Domínguez Azuz, secretario general del CEN de la CTC, e Isaías González Cuevas, secretario general de la CROC.
Además de su propósito de impulsar un entorno laboral moderno, competitivo y equitativo, están unidos por un enemigo común: la expansión de la CATEM, la organización sindical encabezada por Pedro Haces.
El alineamiento entre trabajadores, empresarios y el segundo piso de la 4T es amplio y ahora mismo mismo busca encarar los principales postulados de la reforma laboral promovida por Haces y el líder de la mayoría morenista en San Lázaro, Ricardo Monreal.
La jornada laboral de 40 horas semanales es el principal punto de discordia. Los datos duros son incontrastables: en octubre de 2025 México registró 22.7 millones de trabajadores asegurados en el IMSS, de los cuales 87% cuentan con un empleo permanente. Sin embargo, la informalidad continúa siendo un desafío enorme con 55% de la fuerza laboral, es decir 33.1 millones de personas que trabajan sin seguridad social, sin estabilidad y sin derechos garantizados.
Un amplio consenso está a favor de la digitalización, la movilidad laboral, los ajustes en la jornada de trabajo, los modelos de conciliación, las obligaciones del T-MEC y los nuevos mecanismos de justicia. Pero en la 4T tienen otros datos…

