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¿El Partido Acción Nacional (PAN) se volvió partidario de Claudia Sheinbaum Pardo (CSP)? ¿Está marcando un camino que seguirá el resto de la oposición partidaria? ¿Cómo empezó esto?
Las primeras declaraciones del presidente electo Donald Trump eran, de alguna manera, contestadas por la presidenta Sheinbaum. Ante la insistencia de los asistentes a la “mañanera del pueblo”, la mandataria concluyó: “siempre nos queda el Himno Nacional”. Hubo artículos, memes, comentarios acerca de esa frase. Probablemente, al invocar al Himno patrio se refería a que, en caso de fallar las vías del entendimiento y la diplomacia, llamaría a una suerte de guerra contra una posible invasión norteamericana.
Días después de la frase presidencial, Jorge Castañeda, exsecretario de Relaciones Exteriores, sugirió en un artículo que la mandataria debía callarse y no contestar a cada una de las declaraciones del próximo habitante de la Casa Blanca. Buen consejo. Ignoro si fue coincidencia, pero CS se moderó, dijo que no contestaría los dichos del magnate por medio de la prensa. Ante preguntas insistentes ha cumplido más o menos con su propósito.
Trump ha nombrado a una serie de funcionarios que, en su mayoría, comparten su visión en varios temas: ven a China como una amenaza, no les gusta el apoyo que le ha dado el gobierno de Biden a Zelensky ante la amenaza rusa, no están de acuerdo con los términos del T-MEC, rechazan las medidas para frenar el cambio climático, son homófobos y transfóbicos, son misóginos, partidarios de cerrar la frontera y regresar de manera masiva a los migrantes indocumentados y creen que hay que combatir a los cárteles mexicanos, incluso en nuestro país. Una colección de personajes sacados de los pasillos del conservadurismo.
El más reciente de esta pasarela es Ronald Douglas Johnson, exembajador estadounidense en El Salvador, exintegrante de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y oficial retirado del ejército de los Estados Unidos. Este hombre ha sido nominado a la embajada de su país en México. Por supuesto, su perfil hizo que saltaran las alarmas no solo en el gobierno federal sino entre analistas y comentaristas. Allende el Bravo se le considera un halcón, un político de mano dura que probablemente presionará a las autoridades mexicanas para hacer más eficiente la contención de los migrantes y aceptar operaciones norteamericanas de algún tipo contra los cárteles.
Claudia Sheinbaum asegura que está dispuesta a defender nuestra soberanía e independencia. Reclama nuestra condición de iguales ante EUA y Canadá (no lo somos) y se arropa en la idea de que ella representa al pueblo. Muchas palabras para ocultar su confusión ante la tensión del momento y la complejidad del asunto.
Sin duda, nuestro país vive un momento de tensión por las amenazas de Trump. En momentos como este las oposiciones y los críticos del gobierno tienen que tomar una serie de decisiones y definiciones. Así, el PAN, en boca de su presidente nacional, Jorge Romero Herrera, ha externado su respaldo al gobierno de la 4T. Esto lo dijo en los días postreros del mes pasado en una reunión plenaria de los legisladores federales del blanquiazul. Otras voces panistas han reiterado su apoyo a la presidenta y le han solicitado una reunión para que explique el llamado Plan México en caso de que Trump cumpla sus amenazas.
¿Por qué el PAN quiere cerra filas con Sheinbaum? Una presidenta que ha despreciado a la oposición, que ha llamado a su presidente nacional parte del cártel inmobiliario, es decir, un delincuente. La mandataria es una gobernante popular, no ha pedido a la oposición ayuda ni opinión. ¿Por qué pedirla a partidos débiles y perdedores? ¿O acaso Jorge Romero y sus cercanos creen que un acercamiento podría disipar la amenaza de una investigación? ¿Suponen que saldrán fortalecidos del llamado a la unidad?
Creo que el PAN se está apresurando, hasta ahora solo han sido bravatas de Trump con el fin de mejorar su posición negociadora. Está haciendo las cosas que su manual enseña. A Trudeau lo tiene rebotando y sin saber qué hacer. Lo está debilitando rumbo a las elecciones de su país y lo tiene confundido. El colmo, Elon Musk lo ha llamado “estúpido insoportable”.
Llamar a cerrar filas con un gobierno y una corriente que ha destruido décadas de construcción de democracia, que gasta en grandes obras inútiles y posiblemente mal hechas; un gobierno que ha institucionalizado la corrupción, que da apoyos clientelares a la población y ha cometido costosos errores en materia económica es un error lamentable.
Claudia Sheinbaum ganó las elecciones, es cierto, a un costo que nunca conoceremos, en medio de las trampas de un presidente (AMLO) que violó la ley una y otra vez y que le dejó las manos libres al crimen organizado.
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