Publicado: septiembre 22, 2025, 12:00 am
La infancia está marcada por decisiones que, aunque parecen pequeñas, influyen profundamente en el desarrollo de los niños . Una de ellas es la elección de actividades extraescolares , una decisión que cada otoño se repite en miles de hogares cuando los padres, entre horarios, expectativas y preferencias, se plantean qué camino seguir. En este contexto, el psicólogo infantil Javier de Haro ha compartido a través de un vídeo en Instagram una guía clara y accesible para orientar a las familias en este proceso. Con su experiencia, ofrece ocho preguntas que ayudan a acertar con la elección de la extraescolar más adecuada para cada niño . La primera cuestión que plantea el experto en psicología es: «¿Lo tengo que apuntar?». La respuesta, asegura, depende de la situación de cada familia. «Pues depende de vuestra logística, vuestras circunstancias y si podéis, porque nunca tienen que ser una fuente de estrés para nadie, pero si podéis y le gusta, ni lo dudes», afirma. En este sentido, recalca que forzar una actividad extraescolar puede ser contraproducente si añade tensión a la vida diaria, tanto para los padres como para los hijos. La segunda pregunta es si las extraescolares son realmente importantes . «Pues sí, ayudan mucho, pero siempre que le quede tiempo para jugar, para estar contigo, para ir al parque o para aburrirse en casa». El especialista destaca así la relevancia del tiempo libre no estructurado , que resulta esencial para que los pequeños desarrollen su creatividad , aprendan a gestionar el aburrimiento y fortalezcan el vínculo familiar. La tercera cuestión es tal vez la más planteada por los padres: «¿Y entonces a qué extraescolar le apunto?». Su recomendación es clara: «Pues sin duda y si se puede a la que le guste y en casos en los que haya algún tipo de necesidad, también a la que necesite». Con ello deja claro que el gusto del menor debe ser prioritario , aunque también es posible orientar la elección hacia actividades que refuercen aspectos en los que el niño pueda necesitar apoyo, siempre desde una perspectiva constructiva. La cuarta pregunta es «¿a partir de qué edad?». El experto en psicología infantil lo concreta: «Seguro con 6, 7 años y antes, si quiere o lo necesita». Esto significa que antes de esa franja de edad las actividades deben plantearse con flexibilidad y sin presión , priorizando la motivación del niño. La quinta cuestión se centra en el lugar. En ese sentido, el especialista en desarrollo infantil se inclina por diversificar los entornos : «Yo te recomendaría si podéis fuera del cole, así no tiene todo su círculo dentro del ámbito escolar». De este modo, el niño amplía sus experiencias sociales y se relaciona con grupos diferentes al habitual , lo que enriquece su vida social y emocional. La sexta pregunta aborda la frecuencia con la que los jóvenes deberían realizar estas actividades. «Sin saturar, dos o tres días está más que bien. En todo caso, más días si te lo pide y menos días si también te lo pide», señala. La clave está en observar al niño , escucharle y adaptar el ritmo a su energía y sus necesidades. El séptimo punto es uno de los más sensibles: «Y si no quiere, ¿le obligo?». «No, déjale elegir la que quiere, implícale y tras probar, ahí sí que le pediremos un compromiso. Piensa que es más fácil que vaya a algo que ha elegido él y que además le gusta», responde el especialista. Obligar a un niño a practicar una actividad que no le motiva puede generar rechazo y frustración ; en cambio, implicarle en la elección le da autonomía y aumenta las probabilidades de éxito. La octava y última cuestión responde a la duda de muchos padres: «¿Me recomendarías alguna?». El experto no propone una receta universal, sino una orientación basada en la ilusión y la felicidad : «Claro que sí, te recomiendo cualquiera que le ilusione, que le haga feliz, que le aporte y donde tú veas que se preocupan porque se sienta bien». Lo importante, subraya, no es tanto la disciplina concreta como el entorno y el entusiasmo que despierte en el niño. En definitiva, la actividad extraescolar ideal no es la que más brilla en el currículum, ni la que responde a las modas, sino aquella que permite al niño crecer en un espacio en el que se sienta valorado, acompañado y feliz . Una elección que, como todo en la infancia, debería priorizar siempre en lo esencial: el equilibrio y la sonrisa de los más pequeños.