Publicado: noviembre 15, 2025, 12:30 pm
Consternación en Brasil por el desgarrador testimonio de Cameron Golinsky, un influencer de 35 años que denunció en redes sociales haber sido víctima de la estafa conocida como «Boa Noite, Cinderela» —«Buenas noches, Cenicienta» en español— cuando decidió salir de fiesta el pasado domingo, día 26 de octubre, durante su estancia en Río de Janeiro.
El canadiense, quien residía en Brasil desde febrero para crear contenido sobre el país y perfeccionar su portugués, relató a través de su cuenta de Instagram que fue drogado por dos hombres que conoció en un bar al aire libre de Ipanema, una de las zonas más turísticas al sur de la ciudad, los cuales, siguiendo el modus operandi, le obligaron a llevarlos a su domicilio para asaltarlo y abusar sexualmente de él.
De acuerdo a su testimonio, los desconocidos se acercaron a él en el bar para invitarlo a una cerveza, una oferta que aceptó porque «ya había sucedido otras veces» en el pasado y, por tanto, no le parecía «sospechosa». Tras ingerir los primeros tragos de la bebida, Cameron señaló que empezó a sentirse «extrañamente ebrio» pese a haber consumido poco alcohol.
«Recuerdo sentirme un poco confundido y luego ver que todo se volvía negro. No piensas en nada, no sueñas con nada: simplemente te desmayas. Fue una experiencia extremadamente traumática», confesó el canadiense, quien, en ese estado de confusión, fue engañado por los sospechosos para seguir la fiesta en la casa que había alquilado y donde finalmente perdió el conocimiento.
«Recé a Dios para que quedara algo en mis cuentas»
«Usaron una droga para noquearme, robaron todo mi dinero y mi teléfono y la evidencia sugiere que fui agredido sexualmente», afirmó Cameron en la descripción de su vídeo. «Me desperté dos días después, desnudo en mi habitación, sintiendo como si me hubiera atropellado un autobús».
Con dificultades para recordar lo sucedido, el canadiense descubrió que los dos hombres «malvados» le habían robado aproximadamente 3.000 dólares —unos 2.500 euros— y, además, le habían restringido el acceso inmediato a sus cuentas bancarias y a su información financiera tras cambiar las contraseñas, los datos biométricos y el acceso digital.
«Recé a Dios para que cuando pudiera revisarlo, quedara algo en mis cuentas», narraba Cameron, visiblemente afectado, alertando a sus seguidores y a su entorno más cercano para que, bajo ningún caso, interactuaran o respondiesen si recibían algún correo electrónico desde su cuenta personal.
En su vídeo, el influencer, quien se mostró «agradecido» por seguir vivo tras lo sucedido, anunció que viajará hasta Los Ángeles para recuperar el acceso a sus cuentas bancarias y «evaluar los daños económicos», y, más tarde, regresará durante una temporada a Vancouver, su tierra natal, para refugiarse en su familia y recibir apoyo psicológico.
«Si estás con personas recién conocidas, bebe de botella o lata y mantén el pulgar sobre la abertura; si alguien se ofende, es una señal de alerta», aconsejaba Cameron con el propósito de evitar que otras personas puedan convertirse en potenciales víctimas de la sustancia psicotrópica conocida en Brasil como ‘Buenas noches, Cenicienta’.
El caso de Cameron Golinsky quedó registrado ante la Comisaría 12 de Copacabana, en Brasil, el pasado 28 de octubre. Así, tras recuperar la consciencia, el canadiense solicitó ayuda en el Consulado canadiense, donde recibió medicación preventiva y formalizó la denuncia ante la Policía Civil, que tomó su declaración y realizó un examen forense con resultados negativos en ITS.
Según recoge Metrópoles, las autoridades ya han identificado a uno de los presuntos responsables, vinculado a otro caso similar, y tienen una orden de arresto pendiente. No obstante, las investigaciones continúan abiertas para esclarecer las circunstancias de los hechos mientras se realiza un análisis exhaustivo de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad.
A pesar de todo, el creador de contenido se mostró agradecido por los mensajes de apoyo recibidos, coincidiendo con la celebración de su 35 cumpleaños. «Esa fue la experiencia más traumática de mi vida, pero fue obra de dos hombres malvados, no de Brasil. Mis amigos brasileños fueron increíbles, me ayudaron con comida, trámites bancarios, alquiler y limpieza», indicó.
