Publicado: febrero 17, 2025, 7:05 am
Las relaciones de pareja han experimentado múltiples cambios en las últimas décadas, en buena parte porque los roles también se han actualizado y la sociedad se ha ido abriendo más hasta el punto de que a día de hoy cada vez está más normalizado que no existe un modelo estándar perfecto y que cada uno encuentra su equilibrio con su pareja. Así, por poner solo algunos ejemplos, se entienden las relaciones a distancia , los que deciden no pasar por el altar ni tener hijos, las parejas en las que él se hace cargo de la casa y los niños y ella es la ejecutiva, las que acuden a terapia como algo saludable que les ayuda a estar mejor o las que no cierran sus relaciones a terceras personas. En este sentido, también ha ido a más el caso de parejas que deciden dormir con dos camas individuales pero juntas o, todavía más chocante para algunos, en habitaciones diferentes. Lo hacen porque creen que así consiguen un mejor descanso y un equipo de investigadores quiso analizar hace un tiempo si esto se podía confirmar científicamente. El estudio, que fue liderado por el Centro de Psiquiatría Integrativa (ZIP) de Alemania y publicado por la prestigiosa revista ‘Frontiers’, pretendía sacar a relucir los efectos de la presencia de compañeros de cama en la neurofisiología de cada uno. De las conclusiones obtenidas a partir de decenas de polisomnografías, la gran sorpresa fue que se confirmó que dormir precisamente en pareja era beneficioso para la salud e higiene del sueño. Los investigadores alemanes trabajaron con doce parejas que durmieron en un ‘laboratorio del sueño’ y evaluaron, entre otros aspectos, cómo dormían individualmente y también como dos personas eran capaces de sincronizar etapas de sueño si compartían cama, teniendo también en cuenta el género o la relación entre ambos. Del análisis de datos, se concluyó que dormir juntos, independientemente de las características de la relación, se asociaba con aproximadamente un 10% más de sueño REM (que es el considerado más profundo y reparador), con menos fragmentación y fases más largas y sin interrupciones. «Las arquitecturas del sueño estaban más sincronizadas», señala las conclusiones del estudio, que constató que había un acople con un desfase de unos cinco minutos entre ambos protagonistas. Así, los investigadores destacaron que en función del arreglo para dormir, la arquitectura y la sincronización del sueño entre una pareja pueden aparecer alteraciones, que pueden ser «parte de un ciclo de retroalimentación de automejora del sueño REM y la sociabilidad» y remarcaron que todo ello puede acabar previniendo las enfermedades mentales .