Publicado: agosto 15, 2025, 7:30 pm
Donald Trump ha decidido rehabilitar a Vladimir Putin tras la invasión que lanzó en 2022, y ambos se han visto -por primera vez desde 2018- este viernes en Alaska en una histórica reunión sobre la guerra en Ucrania. Pero sin Ucrania… y sin la Unión Europea. «Quiero una tregua rápida», le dijo Trump a Putin al estrecharle la mano, y la reunión duró algo menos de tres horas, mucho menos de lo esperado; y la clave de todo es que el encuentro fue vacío. Ambos reconocieron avances, pero no explicaron cuales, y se limitaron a mostrar buena sintonía en una rueda de prensa sin preguntas y sin cumplir con el primer objetivo marcado por EEUU: un alto el fuego en Ucrania.
Trump llegó a la pista segundos antes que Putin y repitió varios aplausos mientras el líder ruso se acercaba sobre una alfombra roja, después se estrecharon la mano y charlaron durante unos instantes antes de posar ante unas letras conmemorativas y compartir coche de camino a la reunión. El apretón de manos fue largo, con gestos por parte de los dos y un rictus relajado bajo un día nublado en Alaska. Los aviones aterrizaron prácticamente a la vez y esperaron para bajar mientras se ultimaban los detalles de ese inicio de una jornada histórica.
No hubo cara a cara sin asesores, como se preveía, y ambos han estado acompañados de sus equipos en todo momento. En lado estadounidense, con Trump, han estado el secretario de Estado, Marco Rubio, y el enviado especial, Steve Witkoff; mientras que al lado de Putin se sentaron el asesor de política exterior Yuri Ushakov y el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov. Si bien estaba previsto que Ucrania centrase el grueso de la reunión, otros asuntos como las relaciones comerciales y económicas entre Washington y Moscú, así como el asunto geoestratégico (con temas como Groenlandia) también tenían un espacio importante en la agenda.
Ya en rueda de prensa dieron la imagen de dos amigos, pero negaron preguntas a los periodistas y no comunicaron avances tangibles, aunque reconocieron progresos. Pero no fijaron ni una reunión con Zelenski ni una fecha para un alto el fuego. «No hace falta llevar la situación al extremo: hoy el presidente Trump ha confirmado que si él hubiera sido presidente en 2022 esta guerra no habría comenzado«, reconoció Putin en su turno, y elogió el papel de su homólogo y «vecino». Para el presidente ruso, que no mencionó a Zelenski en ningún momento, «el problema de Ucrania es de seguridad» y dijo tener la mano tendida: «Estamos interesados en terminar este conflicto pero queremos una solución a largo plazo». En ese punto, reclamó a Kiev que no entorpezca los posibles avances.
Unos avances que, en realidad, no han sido tangibles. «Hemos hecho progresos en muchos puntos, pero no en otros», asumió ya Trump centrándose en algunos puntos «importantes» de la agenda pero al mismo tiempo celebrando también la ‘reinserción’ de Putin, con el que dijo haber tenido siempre «una magnífica relación». Así, se citaron «pronto» para un nuevo encuentro. «Esta vez en Moscú», sostuvo el líder ruso, en un mensaje que recogió rápido el magnate. «Llamaré a la OTAN en breve y también al presidente Zelenski para contarle sobre la reunión», añadió el presidente estadounidense, que reiteró que el objetivo principal «es que deje de morir gente» en la guerra en Ucrania.
«Estamos interesados en terminar el conflicto», había dicho un Putin que quiere que el encuentro en Alaska sea «el comienzo de una restauración de unas relaciones pragmáticas y de interés mutuo» y que además culpó en cierto modo a Joe Biden de que se iniciara la ofensiva rusa sobre Ucrania hace ya más de tres años. Así, espera que ahora la relación con Estados Unidos sea «más fluida». Tanto es así que ambas partes reconocieron avances -también sin detalles- en cuanto a la cooperación comercial estratégica, por ejemplo en el Ártico. «Somos el país más atractivo del mundo, todos quieren llegar a acuerdos con nosotros», concluyó un Trump que no mencionó ni por asomo las posibles sanciones o aranceles contra Rusia.
Este cónclave ha servido para que Vladimir Putin pase del lado oscuro al lado aceptable por parte de Estados Unidos: quiere que Rusia sea reconocida como un potencia, y no valida ni a Ucrania ni a la UE, y por eso se sienta con Trump, que adelanta que contará tanto con Volodimir Zelenski como con Bruselas; esta vez lo ha hecho a medias pero parece que Alaska no ha sido el final del camino, sino el principio. Cómo de fácil o difícil sea la senda, eso sí, dependerá -salvo giro inesperado- de los mismos dos protagonistas que se han reunido este viernes.