Publicado: septiembre 3, 2025, 10:30 am
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha asegurado este martes que «nadie sabe de dónde vino» el posible sabotaje que desactivó sistemas de GPS que afectaron el avión en el que viajaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el domingo.
«Nadie sabe de dónde vino, pero le quitaron la capacidad de usar su teléfono. Ya sabes, eso es algo bueno. A veces eso podría pasarme a mí, estaría muy feliz«, ha dicho Trump al ser consultado sobre lo sucedido, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca.
El incidente se produjo cuando el avión de Von der Leyen se aproximaba al aeropuerto de Plovdiv, la segunda mayor ciudad de Bulgaria, a unos 120 kilómetros al este de Sofía. Los apagones de la señal de posicionamiento global han aumentado durante la Guerra en Ucrania y, pese a que Trump haya ignorado la autoría, la OTAN ha acusado a Rusia.
«Todo el sistema GPS del aeropuerto dejó de funcionar. Fue una interferencia innegable», ha declarado una fuente de la Agencia de Control de Tráfico Aéreo (BULATSA), que relató cómo el piloto tuvo que sobrevolar la zona durante una hora antes de decidirse a aterrizar de forma manual con mapas en papel. El avión pudo tomar tierra sin incidentes.
«Desde febrero de 2022 se detecta un aumento significativo de casos de interferencias y, más recientemente, de suplantación de sistemas GPS», ha señalado la misma fuente. Aunque el Gobierno no apunta a una autoría externa, fuentes de la BULATSA y la Agencia Estatal de Seguridad Nacional (DANS, contraespionaje) han confirmado que analizan indicios de una intervención deliberada, con sospechas dirigidas hacia los servicios secretos de Rusia.
El primer ministro búlgaro, Rosen Zhelyazkov, este miércoles ha restado importancia a la supresión de la señal GPS que afectó al avión y ha afirmado que «no hay por qué investigar» el incidente, pese a que fuentes de seguridad apuntan a un posible sabotaje de Rusia.