Publicado: diciembre 30, 2024, 1:40 am
La calabaza es una de las hortalizas más populares durante los meses de otoño, y a sus múltiples posibilidades en cocina (hervida, asada al horno), donde podemos disfrutarla en cremas y guisos, suma un gran número de propiedades nutricionales basadas en su aporte de vitaminas y minerales, antioxidantes y baja cantidad grasa.
Así pues, se trata de un alimento más que saludable, de sabor dulce y carne anaranjada, que ha demostrado numerosos beneficios, especialmente en tres grupos como son el sistema digestivo (combatiendo enfermedades como la gastritis, la úlcera gastroduodenal o el estreñimiento); el inmunitario (en patologías como la diabetes); y el cardiovascular, especialmente en lo que se refiere a algunos problemas de la visión.
Las propiedades de la calabaza
La calabaza es una hortaliza que contiene una gran cantidad de agua en su composición, además de aportar muy pocas calorías y menos hidratos de carbono y grasas. Por ello, se trata de un alimento utilizado en los programas de pérdida de peso controlado.
Por otra parte, este producto típico del otoño es fuente de fibra soluble, así como de vitaminas, sobre todo de vitamina C, uno de los antioxidantes más potentes para ayudar al organismo a combatir el envejecimiento prematuro. El betacaroteno, responsable de su color anaranjado, ayuda a combatir los radicales libres y a prevenir el daño celular. En cuanto a los minerales, la calabaza aporta magnesio, potasio y fósforo, y en menor medida calcio y hierro.
La calabaza refuerza el sistema inmunitario
El sistema inmunitario, lo que popularmente denominamos ‘defensas’, protege a nuestro organismo de la agresión de agentes externos, reconociendo y plantándole cara a los antígenos (virus, bacterias u hongos sobre todo).
Una de sus grandes ventajas es que este fruto contribuye en otoño a paliar los síntomas y el tiempo de desarrollo de las gripes y los resfriados, gracias sobre todo a la vitamina C, antioxidante que contribuye a la producción de glóbulos blancos y acelera la cicatrización de las heridas. También es importante su vitamina A, especialmente enfocada a prevenir las infecciones.
Más aún, las semillas de la calabaza tienen la propiedad de aportar un gran número de nutrientes, entre los que destaca fundamentalmente el zinc. Para la temida inflamación, el aceite de semilla de calabaza podría calmar los síntomas de la artritis.
Así es como la calabaza mejora la capacidad cardiovascular y visual
Rica en betacaroteno, luteína y zeaxantina, los antioxidantes que aporta la calabaza a nuestra dieta hacen que mejore la capacidad visual, protegiendo a nuestros ojos del daño originado por la luz ultravioleta. Se ha demostrado científicamente que la luteína previene la degeneración macular, causa principal de ceguera en el mundo. El betacaroteno, por su parte, ha demostrado su relación con un menor riesgo de cataratas.
Relacionado con la visión, las enfermedades cardiovasculares también encuentran en este fruto un aliado nutricional para controlar, entre otras cosas, la hipertensión, así como la diabetes que, en cierta forma, es una enfermedad vascular. En estos casos es el potasio el verdadero responsable de este efecto beneficioso sobre las cifras de presión arterial, puesto que tiene la capacidad de contrarrestar el efecto del sodio.
Debido a su aporte de arginina, aminoácido que necesita el cuerpo para producir óxido nítrico y ayudar a la distensión de los vasos sanguíneos, la presión arterial también se ve beneficiada.
Beneficios de la calabaza sobre el sistema digestivo
El tercer grupo de enfermedades que podría llegar a combatir el consumo habitual de calabaza en nuestra dieta es el que tiene que ver con el sistema digestivo. Más concretamente, nos referimos al estreñimiento, que mejora considerablemente gracias al alto contenido en fibra y su gran cantidad de agua. Gracias a estos dos elementos, mejora el tránsito intestinal y reduce el nivel de colesterol en sangre.
Numerosos estudios también hacen referencia a cómo la calabaza contribuye a la saciedad, lo que se transforma en menor ingesta y en mejores digestiones.
