Publicado: enero 26, 2025, 11:05 pm
Las artes marciales mixtas (MMA) son un deporte de combate extremo , donde solo los atletas mejor preparados pueden llegar a competir. De eso no hay dudas. Pero la realidad es que cuentan con numerosas normas que ayudan a salvaguardar la integridad de los luchadores, además de los estrictos controles médicos que siguen para evitar al máximo las posibles lesiones que puedan surgir durante los combates. Son el deporte de mayor crecimiento en el siglo XXI, aupadas por la UFC, la mayor promotora que ha revolucionado la industria del entretenimiento , especialmente al otro lado del charco. Es por esto, por el hecho de ser ya una disciplina de gran dureza, que las conductas antideportivas están penalizadas estrictamente. Bien sabe de ello Rousimar Palhares, más conocido como Toquinho, un peleador de MMA brasileño que fue expulsado de la UFC en 2013, después de lesionar a un oponente por no soltar una llave de talón cuando su rival ya se había rendido. «Es un monstruo» o «No es más que un sociópata» son frases que salieron de la boca de otros peleadores de artes marciales mixtas que miraban con recelo las actuaciones del brasileño, que llegó a competir en los eventos de la UFC entre 2008 y 2013, momento en el que el presidente de la UFC dijo basta. Pero veamos cómo sucedió todo. Su debut en la mayor liga de MMA se produjo ante Ivan Salaverry, llevándose la victoria por sumisión en el primer asalto. Luego llegó una derrota ante una leyenda de la compañía estadounidense como Dan Henderson. Y encadenó un par de triunfos más hasta que llegó el primer momento oscuro. Corría el año 2010 cuando se enfrentó a Tomasz Drwal en el UFC 111, el 27 de marzo. Palhares derrotó a Drwal por sumisión a los 45 segundos de la primera ronda. Pero, tras haberse rendido el polaco, continuó ejerciendo presión tras el aviso del árbitro , siendo sancionado con 90 días de suspensión por conducta antideportiva. Luego llegó su pelea contra Nate Marquardt en el evento principal de UFC Fight Night 22, el 15 de septiembre de 2010. Marquardt derrotó a Palhares por nocaut técnico en el primer round, siendo esta la primera vez que alguien le noqueaba. En 2011, Palhares se enfrentó a David Branch, venciendo por sumisión en el segundo asalto. En el mismo año, se impuso también a Dan Miller por decisión unánime. Luego caería en sus garras Mike Massenzio, al que también sometió. Hay que irse hasta el 9 de octubre de 2013 para llegar al punto más negro de su carrera. Aquel día se enfrentó a Mike Pierce en UFC Fight Night 29. La pelea, como muchas de las de Palhares, terminó rápidamente: aplicó una llave de talón (heel hook) y obligó a Pierce a rendirse en apenas 31 segundos del primer asalto. Sin embargo, el árbitro detuvo la pelea cuando Pierce dio señales claras de rendición, pero Palhares mantuvo la sumisión por un breve periodo de más. Este acto generó una reacción inmediata. Aunque el tiempo que mantuvo la llave fue corto, en el contexto del peligro de las llaves de talón, incluso unos segundos adicionales pueden causar lesiones graves. De hecho, Pierce sufrió daño significativo en el ligamento de su pierna. Tras el evento, la UFC apuntó que Palhares sería despedido de la organización, a pesar de haber ganado la pelea. Dana White, presidente de la UFC , explicó que la decisión se basó no sólo en el incidente con Pierce, sino también en el historial de conducta antideportiva de Palhares. White enfatizó que la organización no podía tolerar un comportamiento que pusiera en riesgo innecesario la seguridad de otros competidores. «La organización ha decidido terminar su contrato con Rousimar Palhares debido a repetidos incidentes de conducta antideportiva que violan el Código de Conducta de los Luchadores de la UFC y su Acuerdo Promocional con Zuffa, LLC», manifestaron en aquel momento. Después de ser ‘invitado’ a salir de la mayor liga de MMA, Toquinho aterrizó en World Series Of Fighting (WSOF), otra compañía de referencia norteamericana. Allí venció el título y lo defendió, de nuevo, con dos sumisiones en el primer asalto que se alargaron un poco más de lo normal. Pero la reacción de sus rivales, que no se quejaron, le permitió seguir indemne pese a seguir teniendo resquicios de su locura cuando aplicaba una llave. Y así llegó otro momento catastrófico. Fue en agosto de 2015, en Las Vegas. Y, con los antecedentes antideportivos de Palhares, se pueden imaginar qué sucedió. Toquinho se enfrentaba a Jake Shields en lo que suponía una nueva defensa de su cinturó. El combate comenzó favorable para el estadounidense, y fue entonces cuando el brasileño comenzó con algunos piquetes de ojos (meter los dedos en los ojos, algo prohibido). El árbitro Steve Mazzagatti tuvo que dar una advertencia a Palhares. Fue sin dudas una pelea pareja, pero terminó en el tercer asalto esta vez con una llave de kimura que acabó con la carrera de Rousimar Palhares en las grandes compañías de MMA. Otra vez, una llave prolongada de más , que terminó con un amago de trifulca por parte del equipo de Shields. El brasileño volvía a sacar a relucir su conducta antideportiva. Ya nadie toleraba la conducta de Palhares. Era obvio que el brasileño había tensado la cuerda demasiado. Esta vez WSOF sí tomó medidas. Despojó a Palhares del título y lo suspendió indefinidamente. Por su parte, la Comisión Atlética de Nevada, tras una audiencia disciplinaria decidió suspender a Toquinho durante dos años. Jake Shield, por su parte, se lo tomaba como algo personal. La realidad es que, desde entonces, su carrera cayó en picado, nadie quería al brasileño en su promotora y acabó haciendo combates en Rusia. Perdió la gran mayoría de ellos. Pero lo más importante, perdió el respeto y la admiración del mundo de las artes marciales mixtas, conscientes de que un ‘monstruo’ así no tenía cabida en el deporte.
