Si no reacciona, la Unión Europea está abonada a una «lenta agonía» en el escenario global. Ese aviso lo dio Mario Draghi hace meses. Y este miércoles Bruselas ha presentado la que puede ser -o quieren que sea- la cura para esa pérdida de relevancia: la Brújula de Competitividad. Más allá del nombre rimbombante, es el plan sobre el que la Comisión Europea quiere estructurar toda la legislatura para que el bloque comunitario empiece a competir de igual a igual con Estados Unidos y China. Es decir, que se siente en la mesa principal y no entre el público; hacer, no solo mirar y depender.
Eso sí, la conclusión es que se trata más de reformar los planes que hay que de ser originales a la hora de plantear nuevas fórmulas. «Europa primero», pero con cautela y conscientes de que en la UE los ritmos son los que son. Es un poco una hoja de entrenamiento para un bloque más ligero y ágil, aunque el anuncio que salió de la boca de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y del vicepresidente encargado de la parte de la autonomía estratégica, Stephane Sejourné, fuera mucho más solemne, eso sí, con la ausencia un poco llamativa de Teresa Ribera, encargada de Transición Ecológica y de Competencia, dos temas que se tocan de lleno en el planteamiento de la nueva Comisión.
En el documento presentado por Bruselas, menos ambicioso de lo que parece, hay tres elementos clave: ese «Europa primero» para contrarrestar a Donald Trump, con el que se va a priorizar a las empresas europeas en concursos públicos en los sectores críticos; un ‘cerco’ a las compañías de terceros países que estén dopadas con subvenciones estatales (medida frente a China); y la compra conjunta de materias críticas. Además, se plantea por ejemplo un fondo común industrial.
El plan se divide en ocho áreas diferentes, que van desde la simplificación de la burocracia hasta el refuerzo del mercado único pasando por «cerrar la brecha de competitividad» o la creación de empleos de calidad. Ya en rueda de prensa, Von der Leyen explicó que Europa tiene «muchas fortalezas» desde el punto de vista comercial, laboral e industrial. Esa fue su introducción para asumir que la UE «también tiene debilidades»; y en ese punto recordó las dependencias que ha tenido la Unión con China, Rusia y EEUU: «Esos días se han terminado. Tenemos que ganar competitividad», sentenció, asumiendo que la base de todo el plan son precisamente los informes elaborados por Mario Draghi y Enrico Letta. «Nuestro modelo de negocio se basaba en mano de obra barata de China, energía barata y subcontratar nuestra seguridad y defensa«, recordó.
Lo que hace la Comisión, eso sí, es una guía… que tiene que pasar el filtro de los Estados miembros. La IA y el desarrollo de la misma en las empresas está dentro de la estrategia de Bruselas, incluyendo «cualquier componente que forme parte del mercado del futuro». Eso pasa por, dijo Von der Leyen, «reducir los obstáculos» que todavía hay en el mercado único para apostar por la innovación, con planes de acción para materiales avanzados, cuántica, biotecnología, robótica y tecnologías espaciales. «Es el momento de la unidad y de la velocidad», apuntó la dirigente alemana en rueda de prensa, con reglas «simples» y que sean comunes en toda la UE. Dentro de la Brújula entra también la idea de que la Comisión presente una Unión de inversiones y ahorros, para el corto y para el medio plazo.
«Tenemos que reenfocar las prioridades y simplificar el acceso a los fondos europeos», prosiguió Von der Leyen, anticipando una reforma del próximo Presupuesto de la UE, que no olvidará, dijo, el Pacto Verde Europeo, una iniciativa «exclusiva» de la Unión. «Somos líderes en tecnologías limpias», esgrimió la presidenta del Ejecutivo comunitario, y ahí entra la gran clave del plan: la prioridad de las empresas europeas en los concursos públicos que tengan que ver con estos nuevos impulsos a la industria -a la nueva industria- de Europa.
Esto, al mismo tiempo, cierra la puerta a esas ‘peleas’ a las entidades de terceros países que reciban subvenciones estatales, con el ojo puesto en la disputa con China por el ‘dopaje’ de Pekín al sector del coche eléctrico, que ya está bajo investigación de Bruselas desde hace meses. Esa apuesta va de la mano de una «reducción de los precios de la energía», para lo que la Comisión va a presentar un plan de acción en las próximas semanas.
Una propuesta ‘omnibús’ para las empresas
Otro pilar de la Brújula es el comercio, que ya es el punto fuerte de la UE; el actor comercial más importante del mundo, según la presidenta. Pero los avances ahora, sostuvo, pasan por una compra conjunta de materias raras críticas, otro área de gran competición con China y Estados Unidos. No obstante, toda esa teoría, dejó caer Von der Leyen, no sirve de nada si no se hace «una simplificación» en los procesos. Por ello en marzo la Comisión va presentar una propuesta omnibús para reducir la burocracia: fija el objetivo de reducir al menos un 25% la carga administrativa de las empresas y un 35% la de las PYME. que tienen que presentar las empresas para acceder a los fondos.
Por último, Bruselas quiere una mayor coordinación entre la UE y los países miembros. Así, la Comisión introducirá un Instrumento de Coordinación de la Competitividad, que trabajará con los Estados miembros para garantizar «la aplicación a nivel nacional y de la UE de los objetivos políticos comunes de la UE, identificar proyectos transfronterizos de interés europeo y llevar a cabo las reformas e inversiones correspondientes». En el próximo Marco Financiero Plurianual, un Fondo de Competitividad sustituirá a los múltiples instrumentos financieros de la UE existentes con objetivos similares, proporcionando apoyo financiero a la ejecución de acciones en el marco del este nuevo Instrumento de Coordinación de la Competitividad.
El vicepresidente Sejourné, por su parte, aseguró que todo lo planteado tiene como gran objetivo «unir las 27 voces [de los socios] en una sola» para hablar hacia el exterior y acogió, igual que Von der Leyen, todo esta hoja de ruta como el recorrido que tiene que hacer la Unión durante los próximos cinco años. «Nuestra competitividad depende de nuestra capacidad de potenciar los sectores del futuro», explicó el dirigente galo, asumiendo además que ese primer impulso tiene que darse ya este año y de una forma, como recoge el plan, «horizontal» para que los frenos sean mucho menores que hasta ahora.
La UE tiene el plan y la voluntad política, sostuvo Von der Leyen, pero al ser preguntada sobre la velocidad a la que van tanto Trump como China, la presidenta aseguró que todo esto va «de lo que Europa necesita» y del «talento que tiene» para conseguirlo, sobre todo en áreas críticas como, de nuevo, la IA o las materias raras. «Tenemos que dar a las empresas la posibilidad de desarrollar sus modelos». En ese punto, la germana dijo que «el dinero para conseguirlo no lo es todo» pero una Unión de Capitales que sigue pendiente «es crucial». Modelo es la palabra fundamental para la UE ahora mismo: Bruselas quiere elevar su ‘forma de ser’ por encima de lo que planteen Washington o Pekín.