Publicado: septiembre 25, 2025, 5:00 am
“El Estado, la Democracia y la Ley han muerto: ¡Viva en necropoder! Todo el destino a pie. De eso se trata. Eso nos toca. Aquí nos tocó morir. Lo demás es silencio y naufragio”.
«Todo el destino a pie resume muy bien mi historia”, dice Enrique Márquez, historiador, poeta y politólogo, que celebra sus 75 años con una colección de seis obras y una adenda autobiográfica editadas por editorial Bonobos, y que llevan ese título, «no con la pretensión egoica de presentar una edición de obras completas, sino publicar algunos textos que tuvieran sentido hoy, en tanto que fueran materiales que sirvieran para debatir la historia inmediata, y la historia inmediata son tres décadas, desde Salinas para acá», asegura el autor.
Como historiador, Enrique Márquez considera que, para el régimen actual, la historia inmediata son los agravios de Felipe Calderón y de los españoles en la Conquista; «y eso tiene que ver con la construcción de un discurso de actualización de la disputa por la época colonial, de una manera un poco irracional, y yo creo en la necesidad de acudir a otros elementos que tengan menos carga de confrontación política, elementos de continuidad y ruptura, que se explican más allá de los sexenios, que no tienen tanto que ver con la psicología de los personajes sino con una historia de movimientos políticos y sociales y una historia cultural, donde el PRI como cultura política está más que vivo».
Para abrir boca, en esta entrevista que concede a El Economista, Márquez se dispone a hablar del primero de los seis libros de la colección, inédito: Enrique Krauze, Vicente Fox y la cucaracha en la cerveza. México año 2000 que, a diferencia de Por qué perdió Camacho. 30 años después, debuta en el mercado literario a más de dos décadas de su primera versión, que nunca vio la luz, porque «no era un tema popular en ese momento» y los editores no querían hacer de aguafiestas y cortar la borrachera de la alternancia política al pueblo mexicano.
Quien fuera el jefe de asesores del regente capitalino Manuel Camacho Solís, a la postre comisionado para la paz en la Chiapas zapatista, y quien encabezó la Dirección Ejecutiva de Diplomacia Cultural de la cancillería liderada por Marcelo Ebrard, posición que abandonó ante los intereses que se desataron por apañarse la agregaduría cultural de la Embajada de México en España, confiesa de entrada que está «fuera del circuito de la política», pero no puede dejar de señalar aquel momento de transición en el año 2000 que, según su opinión, fue una oportunidad para el cambio y quedó como una ilusión perdida, porque «solo los ilusos se desilusionan».
Enrique Krauze, Vicente Fox y la cucaracha en la cerveza. México año 2000 arranca rememorando la Carta abierta que dirigió nuestro entrevistado a su colega y «tocayo Krauze», el mismísimo 2 de julio de 2000 en la que discrepa con la idea de que sacando al PRI de la Presidencia se abriría el camino para «un futuro político y social verdaderamente moderno, seguro y distinto», y reitera en la charla «el fracaso de la democracia sin adjetivos, que tanto se promovió, cuyo gran promotor fue Enrique Krauze, el historiador, y que fue una lucha encabezada por Vicente Fox, cuyo mérito fue haber sacado al PRI de Los Pinos pero su defecto fue haberse quedado afuera de Los Pinos».
Veinticinco años después de aquel intento de debate y de aquella carta abierta que «mereció una airada y un tanto majadera respuesta», Márquez lamenta que «la democracia sin adjetivos» abanderada por Krauze y otras figuras de la intelectualidad, «terminó barrida como torre de naipes».
Márquez aclara que no pretende sumarse al linchamiento y descalificación que han hecho sobre Krauze, los corifeos de la 4T, y en el libro referido escribe: “no quiero sumarme a la incesante, despreciable y absurda campaña que intenta destruir méritos y reputaciones, sostenida en el más profundo odio y la prepotencia de nuestro país desde la llegada de la 4T en 2018”.
Caminamos encima
de los muertos
Este libro de la colección, que tiene un nombre tan largo como un tren: Charros. señoritos, bárbaros huastecos y chichimecas chupadores de sangre en el paisaje. San Luis Potosí en la Historia –claro, porque el autor es potosino–, es narrativa histórica pura y dura, y junto con los títulos antedichos, Márquez ofrece su visión de la historia contemporánea, y no tanto, planteando básicamente dos cosas, que debemos ir más allá de las coyunturas sexenales y debatir el presente: «No podemos explicar este país por sexenios o por presidentes», afirma.
«Nos hace falta debatir, no estamos debatiendo el presente. Por qué tantos muertos en el país -se pregunta-. Caminamos encima de los muertos», dice respecto a la situación de violencia a la que parece que el país se ha acostumbrado frente a la versión oficial de que todo está bien.
Quien hace un lustro hablaba de la emergencia de nuevas inteligencias sociales que harían florecer a México, hoy afirma que «todo se ha contaminado y andamos como hormigas que extraviaron su agujero».
Ante un panorama tan incierto, Enrique Márquez reivindica la poesía como recurso narrativo para comprender la historia y para entendernos como país.
Santiago Matías, editor de Bonobos, dice que están por cumplir 20 años como sello y estarán celebrando en la FIL Guadalajara.
Títulos de la colección
- Enrique Krauze, Vicente Fox y la cucaracha en la cerveza. México año 2000
- Por qué perdió Camacho. 30 años después
- Charros. señoritos, bárbaros huastecos y chichimecas chupadores de sangre en el paisaje. San Luis Potosí en la Historia
- Breve diccionario para mexicanos furiososLa miseria política de nuestro tiempo
- Apache. Cinco asedios desde la montaña enemiga (1979-2018)
- El que soy, los que fui, el que se ha ido. Autobiografía