Con la resaca del polémico «sorteo» de su Tesla aún reciente, el nombre de David Cánovas, más conocido en redes como The Grefg, ha vuelto a acaparar titulares, pero, esta vez, debido al incidente en el que se ha visto envuelto con la PolicÃa durante su viaje a Egipto y que, tal y como él mismo ha explicado, culminó con su traslado a comisarÃa.
«Me detienen en Egipto». Asà ha titulado el streamer su último vÃdeo de YouTube, en el que ha documentado gran parte del dÃa a dÃa de su experiencia en El Cairo, el décimo destino elegido para completar su «desafÃo de los 20 millones» con el que el murciano pretende alcanzar la cifra de 20 millones de suscriptores.
Junto a él, más allá de su equipo de grabación, viajaba su actual pareja, SofiG -anteriormente, SofÃa Fitness-, quien ya fue su compañera de aventuras durante su estancia en Milán, Italia, y, al igual que él, también fue detenida por varios agentes de policÃa tras entrar en la Mezquita de Arabastro, o Mezquita de Muhammad AlÃ, la más famosa del paÃs.
En el vÃdeo, se puede ver a la pareja de influencers recorriendo el interior del templo sagrado mientras Mahmud, el guÃa, daba a conocer algunas curiosidades sobre el monumento. Dentro del edificio, el youtuber decide saltar para intentar alcanzar unas pequeñas lámparas que colgaban del techo, asà como otra más grande en forma de piña. «Si toco la piña, ¿tendré la bendición?», se pregunta Grefg, quedándose cerca de lograr su objetivo.
Un gesto que no pasó desapercibido para el resto de visitantes, que lo observaban perplejos, ni para los agentes de policÃa egipcios, quienes se acercaron a él para pedirles que los acompañasen a comisarÃa. «Bronca histórica», comenta el murciano, entre risas. La situación, sin embargo, adopta un tono más serio cuando acude un superior para recriminarlos por haber entrado al templo con micrófonos y cámaras.
«El alboroto y la turra que han dado y todavÃa no sabemos qué hemos hecho mal», relata Grefg, quien por «miedo» a que le borraran los vÃdeos decide cambiar la ranura de la tarjeta de la cámara para proteger las imágenes. En su interrogatorio con la jefa de policÃa, el youtuber aclara que su actitud no respondÃa a un acto vandálico. «Luego dentro he saltado, pero sin tocarlo. Pero nada ofensivo ni palabras malas», destaca.
Por suerte, la mujer determina que «no hay problema» en su actividad, exculpándolos de cualquier delito y permitiendo que mantengan las imágenes grabadas en el lugar. «Su trabajo lo hacen bien, eh. Están mirando de vez en cuando a ver qué contenido se hace (…) para que no se hable mal de nosotros», explica Mahmud.