Publicado: noviembre 27, 2025, 11:30 pm
Lo que iba a ser un viaje familiar a Venezuela se ha transformado en una pesadilla para Claudia y Ana (nombres ficticios), atrapadas en Caracas tras la cancelación de las conexiones con España. Ambas prefieren no dar su identidad real por miedo a que las autoridades venezolanas tomen represalias en su contra. Su vuelo, programado para el próximo lunes, fue cancelado este martes tras la creciente tensión entre el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su homólogo estadounidense, Donald Trump.
El sábado la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitió una alerta para «extremar la precaución» al sobrevolar Venezuela tras lo que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) recomendó igualmente no operar vuelos civiles, provocando que compañías como Iberia, Air Europa o Plus Ultra cancelaran sus rutas Caracas-Madrid. Entre esas compañías está la venezolana Láser, con la que debían viajar las dos jóvenes.
Claudia es venezolana y reside en España desde hace siete años. Lo primero que cruzó su mente al recibir el correo que les confirmó la cancelación del vuelo es que tenía que salir del país cómo fuera y lo más pronto posible. Así se lo transmitió a Ana, su pareja de nacionalidad española: «Tenemos que irnos ya, o sea, no hay que esperar a que nos pongan otro vuelo, porque puede ser en enero, en febrero, o quién sabe cuándo».
Con esa premisa, ambas se embarcaron en una lucha frenética para tratar de encontrar una solución: «Llamamos como locas a la aerolínea, no nos iban a reembolsar el dinero y no nos podían reubicar puesto que no sabían cuándo podrían retomar los vuelos». La única opción que les ofrecieron fue invertir en un pasaje a otro destino el importe que se habían gastado y desde allí, intentar volar hacia Madrid. «El dinero del billete Caracas-Madrid lo usamos para un vuelo Caracas-Bogotá, pero tuvimos que añadir la diferencia. Y después hemos tenido que comprar aparte el billete de Bogotá a Madrid».
La posibilidad de realizar escala en otro país de Latinoamérica las enfrentó a otro problema: la subida de precios por parte de las aerolíneas debido a la situación. «Fíjate cómo están los precios de los vuelos Caracas-Bogotá que nos ha salido más caro pagar este trayecto que lo que nos costó la vuelta directa a Madrid. Hemos tenido que pagar doscientos y pico dólares de diferencia por un viaje de 90 minutos», cuenta Claudia.
Sobrecoste del viaje
La pareja ya tiene la nueva ruta programada, volarán el próximo lunes a Bogotá para dirigirse desde allí a España. El sobrecoste estimado ha sido de 1.300 euros, una cantidad de la que no disponen y para la que han pedido ayuda a los padres de Ana. «Se ha subido mucho el precio del viaje. Menos mal que mis padres nos pudieron ayudar porque no podíamos solas, no todo el mundo tiene esa oportunidad».
La alternativa a este pago era una reubicación, fechada en su caso para el 24 de diciembre. Esto les supondría permanecer casi un mes más en el país y la prioridad para ellas es volver a Madrid lo más pronto posible, donde tienen su trabajo, su casa, su perro y su vida.
Los padres de Ana, desde España, viven con miedo y angustia la situación en la que se encuentra su hija mientras el padre de Claudia, venezolano, le reclama no haberla previsto: «Mi papá me decía: ‘Tienes que tener planificadas estas cosas’. Pero no puedo normalizar que me tengo que pedir más días de vacaciones por si pasa algo. La gente no puede tener esa mentalidad y justamente aquí se tiene porque se han acostumbrado a ello». Claudia lamenta que «siempre pasan cosas en Venezuela»: «Incluso después de salir del país tienes que vivir un caos así, no puede ser que no puedas ni regresar de vacaciones».
Comunicación con la aerolínea
La pareja denuncia que la interacción con Láser fue nefasta. Aseguran que mandaron un correo a la compañía el martes por la mañana y solamente les dijeron que el vuelo se había cancelado. «Ni indicaron las opciones que teníamos: si nos iban a devolver el dinero, si nos iban a reubicar… Nada de nada», reclaman.
Además ambas señalan la dificultad para ponerse en contacto con la aerolínea: «No te devuelven el dinero pero tampoco te dan una solución. Nos indicaban que llamáramos a un número que jamás contestaban. Les escribías por WhatsApp y te respondía una máquina. Al final conseguimos, tras mucho insistir, contactar por correo electrónico».
El miedo de esta pareja no es estar en Venezuela, ya que se alojan con la familia de Claudia y se encuentran bien: «La angustia radica en no tener la seguridad de si vamos a poder salir de aquí de alguna manera, nuestro miedo lo provoca la incertidumbre de no saber cuándo te puedes ir». Aunque ya tienen un nuevo vuelo reservado no se sentirán tranquilas hasta que regresen a casa.
