A pesar de que Albert Rivera tenía previsto asistir a los juzgados de Granollers para aclarar los términos de su separación con su primera pareja, finalmente el juicio no ha tenido lugar. El expolítico y la psicóloga Mariona Saperas estaban pendiente de poder arregla su desacuerdo con la madre de su hija mayor.
Sin embargo, como así ha confirmado La Vanguardia, debido a una indisposición de la abogada del político, finalmente se ha parado el proceso a la espera de una mejora. Mientras tanto, continúan los problemas relacionados la pensión de alimentos que el que fuera líder de Ciudadanos brinda a su hija.
Según se ha podido conocer, todo comenzó el pasado año, cuando Rivera se opuso a asumir los gastos de la cuota del AMPA y las clases de inglés de su hija. Rivera y Mariona se separaron en 2013 y, de acuerdo a los convenios, la pensión de alimentos era de 1.000 euros. Sin embargo, cuando llegó el momento de actualizar la cuota según el IPC, el político se negó.
Por ello, la psicóloga no dudó en interponer una demanda y finalmente Rivera se vio obligado a pagar los atrasos de la subida del IPC. Aun así, los problemas con los gastos relacionados con las actividades extraescolares siguen pendientes.
Por su parte, Albert Ribera defiende su buena relación sus dos hijas, tanto con Daniela como con Lucía, fruto de su relación con Malú: «Mis hijas son lo más importante que me ha pasado en la vida. Me han hecho mejor persona de lo que era antes. Te ayudan a comprender el mundo de otra manera. Ahora tengo más tiempo para estar con ellas».