Publicado: diciembre 14, 2025, 3:30 pm
No es noche para poner paños calientes. Tras dos victorias seguidas que habían regenerado la confianza y renovado las credenciales del Insolac Caja 87 como firme aspirante en el Grupo Oeste, el equipo verdirrojo se fundió a negro en Azpeitia, transmitiendo malas vibraciones. Las de un equipo que cuando pierde el control de los partidos se siente incomodísimo fuera de su zona de confort. Con defensas laxas le cuesta mucho, se maneja mal. Sólo en el primer cuarto se sintieron superiores los sevillanos (14-24) y a partir de ahí el Biele , que a pocos recursos saca un rendimiento extraordinario, lo empujó por el tobogán que conducía a la derrota. De esas que duelen e invitan a la reflexión. Porque el equipo no halló soluciones en ningún momento. Encajó 90 puntos y permitió que Ierai Aizpitarte , base de 1,80 metros y 25 años erigido en una de las grandes revelaciones de la categoría, le hiciera un traje de 27 puntos con seis triples en una velada mágica para este Iraurgi que aprovechó la segunda derrota del Córdoba para asaltar al liderato mientras dejaba al Caja 87 envuelto en las dudas de un rapapolvo de este tipo. Dedovic causó baja de nuevo, pero sin él ganó el equipo en Valladolid, otro candidato. Lo que debe averiguar el conjunto hispalense es por qué se le torció de tal manera un partido que arrancó con Santos y Clarke anotando entre dos equipos gemelos: sin triples, sus ‘pequeños’ aprovechaban los bloqueos de los hombres grandes para sumar cerca de canasta. Bilalovic asestaba el primer triple un Caja 87 que procuraba cerrar el rebote para salir como un rayo hacia la canasta rival . Le replicaba con el mismo molde el Biele ISB, equipo de rotación corta, asaeteado por las lesiones pero muy armónico, de excepcional rendimiento en la categoría. Como el que está exhibiendo el sevillano Sergio Cecilia, imperial en dos maniobras que se tradujeron en cinco puntos seguidos (8-14). Firme y sólido en los dos tableros, muy concentrado y jugando muy buenas opciones en ataque, el Caja 87 dobló la distancia con Walter Junior apoyándose en el tablero (8-16) y prácticamente arañaba puntos en cada acometida a la canasta azpeitiana (14-21). De una antideportiva de Olaizola a Franch, el base canjeó dos puntos y, de la posesión añadida, Cabral acertó un tiro libre elevando la ventaja hasta la decena (14-24) para zanjar un primer cuarto acorde a los parámetros que tanto le gustan. Y no tanto por los puntos anotados como por los encajados. Si la defensa le funciona, a este Caja 87 es muy difícil superarlo . El Biele, apagado por el buen hacer de su rival, buscaba esa chispa que lo encendiera y sirviera de punto de inflexión. Se obcecó en el triple y fue Aizpitarte, su máximo anotador, el que logró un tres más uno con inocente falta de Clarke. Badji , al poste, aun recortaba más (22-26) y Aizpitarte repetía desde la misma esquina (25-28). No es que hubiera llegado el Biele al partido, es que estaba aporreando la puerta. Y pronto la derribaría a base de defensa, contacto, dureza, puntos y calidad. Todo lo que necesitaba. Se dio por avisado Adrià Alonso y paró el partido para reajustar. El trío Franch-Clarke-Rakocevic no había funcionado y el técnico catalán lo desmontó. Santos, a pista, como Bilalovic. Ninguno tuvo impacto. Aizpitarte, al que no se le puede flotar ni dejar armar el tiro, ya estaba carburando. Es un fino estilista muy afilado. Asestó su tercer triple y luego asistió a Sagna (30-28) en plena revolución del Biele, que puso en el tablero más velocidad y vértigo, también una defensa más eficiente para enriquecer ese cóctel y nivelar una cita que el Caja 87 parecía haber domado. Nada de eso. Frente a la fluidez del Biele, la ceguera progresiva en el tiro del conjunto hispalense , castigado con dos triples de Nazir Williams (38-32). El parcial del segundo cuarto, 26-11 (40-35), reflejaba el crecimiento de los guipuzcoanos pero también la acusada bipolaridad de un Caja 87 que necesitaba reordenarse en vestuarios y recuperar el plan del primer cuarto, que había traspapelado. Siete arriba se situó el Biele (44-37) a la vuelta mientras el Insolac se ponía en manos de Jankovic y en su capacidad para percutir en el poste bajo. Un 0-5 reanimó a los sevillanos, pero también una gran defensa de Cecilia, que forzó falta en ataque y levantó a sus compañeros del banquillo. Una muestra de carácter necesaria cuando el partido se había convertido en un pulso entre Jankovic y Sagna sin que el Biele renunciase a su personalidad. Jugando a todo trapo, a la carrera y con el triple estaba desmadejando por completo al Caja 87, desnortado tras dos dianas de Moncanut y Aizpitarte (54-44) que completaban un 10-0. Otro tiempo muerto de Alonso como remedio para curarse las heridas, pero el caso es que Aizpitarte estaba desatado, con las muñecas ardiendo, y el Caja 87 no tenía antídoto para él ni el orden ni la solidez necesarias como bloque para contrarrestar el juego de su rival . Badji abría más la brecha (65-51). En plena depresión verdirroja, tampoco el arbitraje ayudaba: en dos minutos, dos técnicas, para Bilalovic y Adrià Alonso (68-51). Todo estaba en contra para un Caja 87 superado y prácticamente en la lona a falta del último cuarto (70-53). La diferencia en el rebote (36/22) y en la valoración (112/56) constataba cómo estaban unos y otros. Una distancia abismal. Tirando de orgullo pero a golpe de individualidad, sin juego colectivo y con el difuminado Clarke sumando (más tiros que puntos) para adecentar su estadística y tirar del carro, el Caja 87 lo intentó en el último cuarto, pero la defensa la tenía muy agujereada, y en ese baloncesto roto, de ida y vuelta, tan desestructurado, le estaba facilitando aún más el trabajo a un Biele en trance que ya saboreaba el liderato . Con cuatro minutos todavía, 81-62 tras el quinto triple de Aizpitarte; a 1.50, 85-64; y a 1.10, 88-66. Hasta el último segundo apuró el Iraurgi, para encestar sobre la bocina, elevar hasta el +19 su renta y redondear una actuación magnífica que noqueó al Caja 87.
