Publicado: octubre 16, 2025, 11:00 am
La designación de la activista venezolana, María Corina Machado era una oportunidad para la presidenta Sheinbaum para salirse por un momento de la turbulencia nacional por la galopante corrupción que se viene documentando contra las figuras del obradorato. No la aprovechó, prefirió quedarse SIN COMENTARIOS.
Al parecer está convencida de las “bondades” de la narcodictadura que somete a Venezuela desde hace 25 años, aún así, tenía la oportundad de expresar un respetuoso mensaje a favor de la lucha de una mujer, madre, defensora de los derechos civiles y seguir alineada con las dictaduras latinoamericanas; no tenía que criticar a Maduro, ni suponer que Trump se podría molestar.
Los detalles siguen marcado a la presidenta, en tres días se fue contra los analistas, ella les dice comentócratas, porque supone que así los denuesta, la verdad es que se les resbala, “los leen unas tres personas”, supongamos que sí, pero de esos tres ella es uno…
Tras el anunció del Comité Nobel se refugió en la Constitución para no intervenir en la política de otros países, solo que el pretexto se hizo pedazos cuando con falsedades defendió al golpista expresidente Pedro Castillo. Otro tanto ocurrió con sus comentarios de la situación en Gaza.
El mal gesto en Poza Rica se viralizó de manera abrumadora por pretender callar a la multitud, aunque luego descalificó las redes reduciendo las publicaciones a expresiones de los llamados boots, incluso presentó un video en el que se editaron sus imágenes callando a la multitud, a la que le cumplió la amenaza de irse y se fue.
Pero más grave ha sido la evidencia que fue desde Palacio Nacional donde se incubó la retroactividad en la aplicación de la nueva Ley de Amparo, tras la aprobación en el Senado, Sheinbaum dijo en la mañanera que no estaba de acuerdo, que “la Constitución se debe respetar”, otra vez los hechos la desmientieron, a las horas trascendió que la idea la envió el presidente de la Corte del Acordeón, Hugo Aguilar, quien se la envió al Siniestro asesor Arturo Zaldívar, quien como en otros casos la pasó por la Consejería Jurídica y de ahí a los senadores.
Un año después de asumir la presidencia Claudia Sheinbaum sigue naufragando con informaciones sin confirmar, respuestas sin fundamento, con frecuencia dice ignorar asuntos tan relevantes como las 50 visas que el gobierno de Estados Unidos retiró a personajes del obradorato y, sobre todo, crece su intolerancia, en una semana a las protestas del público respondió amenazante “si no se callan me voy”, y no fue broma, en Poza Rica se fue. De su falta de empatía y de sororidad mejor ni hablar.
Poco a poco crece el número de desencantados, no es para menos, siete años sin medicinas, inseguridad permanente, abandono en áreas fundamentales como la educación o el campo. La infraestructura que se va cayendo en pedazos, la inversión que no llega, ni siquiera la pública, que está por los suelos y crece la salida de capitales.
La propaganda no está dando para salvar de la quema instituciones alcanzadas por la corrupción como las Fuerzas Armadas, tanto que lanzaron una campaña de propaganda en busca del honor perdido por la Marina, tras los daños del huachicol fiscal.
Los desplantes de la mandataria ya trascendieron fronteras, “Como dijo la presidenta de México, Sin comentarios”, respondió el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, cuando le preguntaron por la ausencia de Sheinbaum en la Cumbre de América, a la cual, como López Obrador, no asistirá porque no invitaron a los sátrapas de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Como diría El Perro Bermúdez, era suya y la dejó ir.