Publicado: agosto 25, 2025, 9:30 am
Sergio Peris-Mencheta no podría estar más contento. Tras unos duros años en tratamiento por el cáncer que sufría, finalmente ha podido volver de nuevo delante de las cámaras. Así lo ha anunciado él mismo con una gran sonrisa a través de su perfil de Instagram. Porque, como así ha dejado claro, ha regresado con la mayor de las energías y una gran ilusión.
«Hoy termino esta aventura que comenzó hace cinco semanas con una llamada urgente para volar a Nuevo México al día siguiente y empezar a rodar unas horas después», ha comenzado a explicar en su última publicación. «No solo ha sido un viajazo improvisado maravilloso, ha sido la mejor manera de volver a la vida delante de la cámara». Y es que, a pesar de los malos momentos que ha vivido, si una cosa ha dejado clara es que para él su trabajo es una parte esencial de su vida.
Así, el intérprete regresa de nuevo con una comedia en la que, como así ha asegurado, le ha sido muy difícil grabar cada actuación. Sin embargo, las complicaciones no han sido precisamente por la complejidad del papel o su propia capacidad, sino porque es «una comedia absolutamente disparatada». «Me tocó jugar el payaso blanco, y estuve rodeado de genios de la comedia con los que las he pasado putas para no descojonarme durante las tomas», ha asegurado con humor.
De hecho, entre todos los miembros del equipo, con uno de los que mejor se lo ha pasado ha sido sin duda con Tom Segura. «Ha sido un amor: generoso, cuidadoso, atento, permanentemente agradecido por lo que tanto él como el equipo de rodaje consideraban una heroicidad por mi parte. Para mí la heroicidad ha sido la de ellos: confiar en alguien en pleno proceso de recuperación. Me lo han puesto fácil. He sido muy feliz», ha confesado.
De este modo, el actor no solo ha vuelto de nuevo a su ciudad natal, donde grabó en 2008 su primera película, Love Ranch, sino que además demuestra que aún le quedan muchas películas que rodar: «En unas horas vuelvo a despedirme de Burke haciendo lo que me gusta delante de la cámara». Porque, aunque no dejó su faceta artística en sus meses de tratamiento, pues siguió dirigiendo su obra de teatro, no había podido ponerse delante de las cámaras hasta ahora.