Publicado: marzo 12, 2025, 7:30 am
Todas las miradas están desde la noche de este martes en el Kremlin. Como aseguró el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, la pelota está en el tejado de Rusia, que debe dar una respuesta al acuerdo alcanzado entre Washington y Kiev para un alto el fuego de 30 días. Todavía no hay contestación y, por tanto, la guerra continúa. Y lo hace de una forma decisiva para las posiciones de ambos países en una futura mesa de negociación.
El Ejército ruso asegura que, tras la contraofensiva lanzada en las últimas horas para recuperar la región rusa de Kursk, las tropas ucranianas se han visto forzadas a retirarse. Esto significaría que la Federación Rusa volvería a tener el control de buena parte de este territorio casi ocho meses después. Un escenario que Kiev quería evitar para poder tener ese terreno para intercambiar por otro en el acuerdo que acabe con la guerra.
«Los soldados de la agrupación de fuerzas de la Guardia Nacional junto con unidades del Ministerio de Defensa están golpeando a las tropas del Ejército ucraniano que se están retirando en el distrito de Sudzha«, señala el comunicado de la Guardia Nacional de Rusia.. Las fuerzas rusas martillean al enemigo ucraniano, lo que incluye tanto tropas como equipos militares, con la ayuda de drones de asalto, añade la nota.
A su vez, el canal de Telegram Shot informa de que efectivos de las fuerzas aerotransportadas han izado la bandera nacional en las inmediaciones del edificio del Ayuntamiento de Sudzha. «Ahora nuestros militares continúan afianzándose allí y empujando al enemigo hacia la región de Sumi. Los combates son incesantes», señala. Este medio destacó que «la mayoría» de soldados ucranianos está abandonando la región y sólo unos pocos se han quedado atrás y ofrecen resistencia.
Aunque Kiev no ha confirmado todavía los avances rusos, el general ucraniano a cargo de esta región, Dmitró Krasílnikov, ha confirmado a la televisión pública ucraniana Suspilne que ha sido cesado como jefe del mando norte del Ejército. Krasílnikov ha explicado a la televisión pública que no le han explicado el motivo del cese, que había sido adelantado en la noche del martes por la diputada Mariana Bezugla.
El ejército ucraniano había perdido en los últimos diez días casi 200 kilómetros cuadrados de territorio en Kursk, donde protagonizaron en agosto del pasado año la primera invasión de territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial. Además, los ucranianos combatían durante los últimos meses en Kursk no sólo contra los soldados rusos sino también contra los refuerzos norcoreanos.
Su pérdida de terreno coincidió con la decisión de Estados Unidos de suspender los suministros de armamento y dejar de compartir datos de inteligencia con Kiev. Y que tras el acuerdo alcanzado este martes entre Kiev Y Washington volvería a activarse. Antes de que esto se vuelva a notar en el campo de batalla Rusia ha decidido acelerar la contraofensiva para recuperar el territorio.
En el marco de la primera ronda de negociaciones con Estados Unidos en Arabia Saudí, Ucrania aceptó el martes una tregua de 30 días a lo largo de todo el frente con la condición de que Rusia también acate el alto el fuego. No obstante, el Kremlin y los políticos rusos mantienen un riguroso silencio sobre la tregua y se han limitado a afirmar que no aceptarán un acuerdo que se negocie fuera de Rusia y que están a la espera de que EEUU les transmita de manera oficial la propuesta.
«Ucrania acepta esta propuesta. Consideramos que es positiva. Estamos preparados para dar este paso«, reconoció anoche Zelenski, quien llamó a Washington a convencer a Moscú para que el alto el fuego entre en vigor lo antes posible. Esto podría tardar todavía unos días. El jefe de la oficina presidencial ucraniana y miembro de la delegación que negoció ayer el acuerdo en Yeda, Andrí Yermak, ha reconocido este miércoles al diario Kyiv Independent que Washington y Kiev empezarán a hablar la próxima semana de los detalles técnicos del alto el fuego. «Entendemos exactamente lo que necesitamos. Nuestros socios estadounidenses lo comprenden. Tienen buena predisposición en esta cuestión, pero las conversaciones continúan», sentenció.