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Rusia busca arrastrar a México a un conflicto con EU

Publicado: febrero 13, 2025, 1:00 am

“Ha llegado la hora de enseñar a Estados Unidos que está bajo la amenaza de un país de 130 millones que despierta”. 

Con estas explosivas palabras finaliza un documento interno de la Sociedad de Diseño Global, una empresa vinculada al entramado de medios de propaganda del Kremlin, desclasificado el pasado otoño por el Departamento de Justicia estadounidense y revelado por la periodista independiente mexicana Dolía Estévez.

Se trata de un informe de seis páginas en el que se presenta a México como un país en el que Moscú podía explotar en beneficio propio los agravios acumulados durante los dos últimos siglos de Historia compartida con Estados Unidos, haciendo especial énfasis a la guerra que enfrentó a ambos países entre 1846 y 1848 y que supuso para el Estado mexicano la pérdida de más de la mitad de su territorio, incluyendo las regiones que hoy forman California, Nuevo México, Arizona, Utah, Nevada y partes de Wyoming y Colorado.

No constituye ninguna iniciativa aislada de Moscú, ni es producto de una mente calenturienta que deambulaba por casualidad por los pasillos de la Administración Presidencial en Moscú, situada en el céntrico barrio de Kitai Gorod, a tiro de piedra de las murallas del Kremlin. Más bien todo lo contrario. El contenido de este documento es perfectamente consistente con las declaraciones que han venido realizando en los últimos años, desde el inicio de la guerra de Ucrania, altos responsables del régimen ruso en relación con el estado de habla hispana más poblado y de mayor PIB.

En marzo del 2023, Nikolái Pátrushev, exdirector del Servicio Federal de Seguridad (FSB, exKGB) y exsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, uno de los hombres que en la actualidad acumula más poder en Moscú y posible sucesor del presidente Vladímir Putin, declaró al diario Rossiskaya Gazeta que, “tarde o temprano”, “los vecinos de EU” recuperarían “los territorios que les fueron robados”, en una nada velada alusión a las pérdidas territoriales mexicanas del siglo XIX. Unas palabras que posteriormente fueron corroboradas por la columnista Mary Anastasia O Grady en The Wall Street Journal, quien situaba a Pátrushev al frente de una “oscura red de espionaje”, y calificando de muy “peligrosa” la intensa actividad de la inteligencia rusa en México.

Política de Trump

La agresiva presidencia de Donald Trump en Estados Unidos sin duda ofrecerá a Moscú durante los próximos cuatro años innumerables oportunidades para atraer a México a su terreno. Las primeras actuaciones del líder de la Casa Blanca, amenazando con imponer abusivas tarifas a las importaciones de sus vecinos inmediatos si no se plegaban a sus deseos, y ejerciendo presión sobre los gobiernos de México y Canadá mediante métodos escasamente diplomáticos, será sin duda aprovechado por los numerosos agentes de influencia del Kremlin presentes en la CDMX para denunciar el “matonismo” de Washington y presentarse como una buena opción a la alianza económica y comercial con el vecino del norte.

Moscú quiere convertir a la alianza de los BRICS, formada por economías emergentes, en una suerte de alternativa a Occidente. Y aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que no se unirá a este club y que la prioridad radica en fortalecer los lazos económicos con Estados Unidos y Canadá, Moscú multiplica sus iniciativas para convencer a la clase dirigente mexicana, cortejando a cuadros jóvenes de Morena y apoyándose en dirigentes de la 4T abiertamente alineados con sus ideas, como el actual presidente del Senado Gerardo Fernández Noroña.

Sin embargo, la alianza con Rusia, más que traer prosperidad y democracia a los estados que la integran, lo que hace es convertirlos en dictaduras feroces con economías cuyos recursos acaban siendo controlados por sus dinastías dirigentes. Tal es el caso de los Ortega en Nicaragua o los Lukashenko en Bielorrusia, por citar ejemplos.

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