Más de 800.000 personas padecen Alzhéimer en España, y cada año se suman casi 50.000 nuevos casos; todo ello, a pesar de que la mayoría de los casos leves están aún sin diagnosticar. Con semejante panorama, cualquier gesto que pueda a ayudar a detener el avance de esta devastadora enfermedad y mejorar la salud mental para ralentizar la aparición de la demencia es bienvenido.
En este contexto, acaba de alzarse una voz experta, la del neurocientífico Russell Foster, de la Universidad de Oxford, que pone sobre la mesa una serie de estudios que podrían relacionar una baja calidad (y cantidad) del sueño con el riesgo de padecer demencia.
La importancia del sueño y el descanso nocturno en la salud
Foster, profesor de neurociencia circadiana en Oxford ha escrito libros en torno a la trascendencia del sueño correcto, los tiempos y la calidad del descanso nocturno. Entre ellos destaca ‘El tiempo de vida: la nueva ciencia del reloj corporal y cómo puede revolucionar su sueño y su salud’, y su gran trabajo consiste en estudiar los ciclos biológicos del ser humano durante 24 horas.
El experto considera que ha llegado el momento de que nos responsabilicemos, cada uno en su contexto de vida, de cómo debe ser la calidad de nuestro sueño. Sólo de esta manera seremos capaces de dormir bien, y de ganar salud a la vida. Por desgracia, Foster está convencido de que demasiadas personas aún hoy se enorgullecen de lo poco que duermen, como si ello fuera un logro.
Si no dormimos las horas mínimas (una media de ocho), ni en el ambiente propicio para una correcta higiene del sueño, no podemos rendir al día siguiente con normalidad, nuestra memoria se ve afectada, el humor cambia, el cansancio nos impide estar en forma, y somos incapaces de tomar las decisiones correctas.
Relación entre la falta de sueño y la demencia
El experto en sueño ha declarado recientemente que las personas mayores de 50 años deben dormir un número suficiente de horas, si su objetivo es cortarle el paso a la aparición de la demencia. Esto, de todas formas, no significa que si no duermes bien o suficiente vayas a desarrollar la enfermedad mental, ni mucho menos, pero sí que es un importante factor de riesgo para aquellas personas con predisposición al Alzheimer.
«Se ha asociado la falta de sueño en las personas de mediana edad con elevadas cifras de demencia pasados unos años. Ahora, por fin, entendemos cuáles son los mecanismos que se desencadenan. Uno de ellos es la proteína beta amiloide, que se elimina del cerebro durante el sueño. Cuando no dormimos, la eliminación natural de esa proteína no se produce. Pues bien, esa sustancia tiene mucha relación con altos niveles de demencia y Alzheimer».
El experto asegura, incluso, que una noche sin dormir ya eleva los niveles de beta amiloide en el cerebro por encima de los valores aconsejables, desencadenando desde el minuto cero el proceso de deterioro. «Es importante controlar la ansiedad, verdadero desencadenante de la mala calidad del sueño. En estos casos no es buena idea tomar medicación para dormir de manera continua (sí puede ser algo puntual); lo que hay que hacer es trabajar en los motivos que ocasionan esa ansiedad», concluye Foster.