<![CDATA[
La próxima revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) en 2026, pone de relieve las tensiones con Estados Unidos y Canadá por sus señalamientos sobre la creciente inversión de origen chino en nuestro país.
Aunque la inversión del gigante asiático en México es minúscula, al representar sólo el 0.4% del total de la inversión extranjera directa (IED) recibida desde 2006, genera preocupación entre nuestros socios comerciales por el posible establecimiento de plantas automotrices en México, y la participación de empresas sancionadas por Washington por sus vínculos con el Partido Comunista Chino en proyectos como el Tren Maya, redes 5G e infraestructura portuaria.
En contraste, en Estados Unidos y Canadá la inversión china es más amplia que en México. En 2023 representó el 0.5% y 2.7% del total de la IED recibida por ellos, respectivamente; siendo China el quinto principal inversionista en Canadá.
La problemática sobre inversiones extranjeras sensibles es atendida por parte de nuestros socios a través de mecanismos robustos de revisión para – sin dejar de promover las inversiones extranjeras en sus territorios – monitorear y bloquear aquellas que puedan representar riesgos de seguridad nacional.
En Estados Unidos el Comité de Inversiones Extranjeras, regulado por la Ley de Modernización de la Revisión del Riesgo de Inversión Extranjera, examina transacciones que podrían otorgar acceso a información sensible o a tecnologías críticas, e incluso transacciones inmobiliarias cercanas a instalaciones militares y otras áreas sensibles. En Canadá el Ministerio de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico, regulado por su Ley de Inversiones, es quien lleva a cabo esa función.
Ambos mecanismos incluyen criterios específicos y procedimientos claros para evaluar riesgos de seguridad nacional; establecen un alcance amplio de las revisiones; involucran a sus agencias de seguridad y estándares de confidencialidad de la información, entre otras características.
Estos mecanismos han bloqueado inversiones chinas en sectores como semiconductores, telecomunicaciones y minería, así como de otras nacionalidades en diferentes actividades.
En la revisión del T-MEC, posiblemente Estados Unidos buscará cláusulas para restringir cierta inversión extranjera contraviniendo el objetivo del tratado de expandir el comercio y la inversión. Además, probablemente Estados Unidos y Canadá le exijan a México acciones contundentes respecto a las inversiones extranjeras que resulten sensibles para ellos.
Un paso en ese sentido se dio en diciembre de 2023, bajo la administración del Presidente Biden, cuando Estados Unidos y México firmaron un Memorándum de Intención para supervisar conjuntamente las inversiones extranjeras y crear un grupo bilateral para intercambiar conocimientos técnicos al respecto. Con el cambio de administración en Estados Unidos, el futuro de este grupo binacional es incierto; sin embargo, México puede aprovechar la oportunidad estratégica para fortalecer su marco regulatorio de revisión de inversiones extranjeras e incidir en las decisiones sobre el tema en la región.
En el caso de nuestro país, aunque la Ley de Inversión Extranjera faculta a la Comisión Nacional de Inversión Extranjera (CNIE) para bloquear adquisiciones por razones de seguridad nacional, la regulación es menos robusta que la de sus socios comerciales. Por ello, México podría modernizarla, incluyendo los criterios, sectores o riesgos específicos que deberán revisarse, obteniendo información que permita hacer una evaluación integral sobre riesgos para la seguridad nacional; ampliar el alcance de las transacciones revisables; dotar a la CNIE de capacidades avanzadas de inteligencia, entre otros. Todo ello, evitando prácticas proteccionistas encubiertas para la inversión y el comercio.
De procurar una coordinación más profunda en la revisión de inversiones extranjeras con sus socios, México podrá consolidar su posición en la región y fortalecer la integración competitiva de América del Norte.
Crista Pérez Padilla es economista senior de BBVA México.
]]>