Llega un determinado momento en el que la familia debe pensar con seriedad cómo garantizar la mayor calidad de vida a los adultos mayores. Porque la vida obliga a ello, porque las ocupaciones a veces impiden brindarle los cuidados adecuados, y es allí donde la figura de las residencias de mayores y centros de día salen a relucir.
Y aunque ambos tipos de servicios pudieran ser ofrecidos por las mismas empresas o instituciones, ambas se diferencian en muchas cosas y saber encontrarle la ventaja a cada una será fundamental.
Residencias de mayores
Las residencias de mayores son recintos en los que se brinda una atención integral y personalizada, incluyendo cuidados médicos, de enfermería, alimentación saludable, actividades de ocio y de mejoramiento físico, así como estimulación cognitiva, para las personas mayores que tengan un grado de dependencia o requieran de atención constante y especializada.
A diferencia de los centros de día, las residencias de mayores ofrecen sus servicios las 24 horas del día y los 365 días del año. Por lo que se puede optar por esta clase de servicios para cuando la persona mayor necesita de atención especializada, cuando la familia no puede proporcionar los cuidados necesarios en el hogar, o cuando por distintas situaciones de la vida, existe un riesgo de aislamiento o soledad para el adulto mayor.
Al momento de escoger una residencia de mayores, será determinante escoger una cuya ubicación sea céntrica o cercana a centros de salud, farmacias y lugares al aire libre, pero sobre todo cómoda para que la familia pueda visitar al anciano todas las veces que desee.
Centros de día
Si bien hay muchas diferencias entre las residencias de mayores y los centros de día, al tratarse de recintos donde se brinda un servicio de cuidado al adulto mayor, la principal diferencia entre ambos radica en el tiempo de la estancia y el nivel de atención que proporcionan.
Así, los centros de día, como su nombre ya lo indica, suelen trabajar de lunes a viernes y durante el día, de la mañana hasta la tarde, no permitiendo pernoctar allí, pero sí siendo un lugar donde se brinda atención y compañía a los ancianos. También se brinda la posibilidad de hacer actividades sociales, físicas, culturales y de rehabilitación, aparte de contar con los servicios profesionales elementales de enfermería, medicación y similares.
Los centros de día se recomiendan para cuando la persona mayor es relativamente autónoma y solo necesita apoyo o compañía durante el día, puesto que la familia busca complementar los cuidados que brinda en el hogar. Además, se recomiendan mucho para buscar un entorno social y estimulante para el adulto mayor.
Factores a considerar para tomar la decisión correcta
Si bien no son lo mismo ni trabajan igual, es posible que la familia tenga la duda de cuál de las dos opciones será la mejor. Lo mejor para disipar las dudas es evaluar una serie de factores:
- Grado de dependencia: ya que si es alto, las residencias de mayores serán la mejor opción, puesto que cuentan con profesionales cualificados para brindar la atención necesaria.
- Salud: las residencias de mayores cuentan con más herramientas y personal para hacer frente a las condiciones de salud de los adultos mayores.
- Necesidades sociales: si por alguna razón la familia solo está interesada en que el anciano tenga una mayor interacción social, realice actividades estimulantes desde lo físico o lo cognitivo, los centros de día pueden ser la opción preferida.
- Apoyo familiar: el origen de todas las decisiones están asociadas con el tiempo, la disposición y las capacidades reales de la familia para brindar los cuidados necesarios a los ancianos. Hay que ser muy sinceros en este aspecto para luego no arrepentirse.
Recursos económicos: las residencias de mayores, lógicamente, serán más costosas que los centros de día. Convendrá evaluar la situación desde lo que se termina compensando.
El artículo Residencias de mayores y centros de día para ancianos: ¿qué les diferencia y cuándo se debería optar por cada una? se publicó primero en Noticias en Salud.