Rafael Louzán cumplió el pronóstico que lo identificaba como favorito para alcanzar la presidencia de la Federación Española de Fútbol (RFEF). El político gallego es el presidente número 30 del máximo organismo del fútbol después de imponerse en la votación de la asamblea representativa por un amplio margen: 90 votos por 43 del otro aspirante, el valenciano Salvador Gomar, en un recuento con un voto nulo y cuatro en blanco. A la cita con las urnas solo faltaron dos futbolistas y un entrenador. El capitán del Cartagena, Pedro Alcalá, el defensa del Mallorca Toni Lato y el entrenador del Oviedo Javi Calleja. Tanto Alcalá como Calleja tienen partido este martes de la jornada 20 de Segunda división, aunque ambos podrían haber acudido a votar y salir luego hacia sus destinos. Participaron en la votación 138 asambleístas . Antes de empezar la votación retiró su candidatura, como estaba previsto, el extremeño Sergio Merchán. Un aspirante inexistente en este proceso, toda vez que ni se ha prodigado públicamente, ni se ha escuchado su voz ni ha presentado un programa de gobierno. Recibió los avales que le prestó Louzán por si el Consejo Superior de Deportes (CSD) actuaba contra el dirigente gallego. La formación de la Asamblea tuvo que retrasarse por la demora en llegar de Dani Carvajal, el jugador del Real Madrid que apareció pasadas las doce del mediodía y se incorporó a la votación en la segunda convocatoria, a las 12:30. Nacido en Ribadumia, Pontevedra, el 21 de noviembre de 1967, Louzán es funcionario de la Administración Local, y antes de llegar al fútbol tuvo una importante presencia política en su comunidad. Fue teniente de alcalde en Pontevedra, diputado y presidente provincial, además de presidente del Partido Popular en esa provincia durante quince años. Louzán ha elegido la vía del diálogo y la negociación en contraste con el enfrentamiento que deparó el anterior mandato de Luis Rubiales o más atrás el de Ángel Villar. En la sede de la Federación lo saludó con afecto el presidente de la Liga, Javier Tebas. «Era el mejor candidato y se abre un tiempo nuevo en la Federación, en la que podemos esperar diálogo y entendimiento. Seguro que será otro tipo de Federación». Louzán espera un mandato extenso, que no sea vea interrumpido por la condena por prevaricación para ejercer cargo público que pesa sobre él por una subvención concedida durante su etapa como presidente de la Diputación de Pontevedra.