Publicado: mayo 19, 2025, 10:30 am
De periodista o socialité a político, un salto profesional cada vez más común en el perfil de importantes líderes europeos. Este es el caso de André Ventura, un comentarista deportivo nacido en Lisboa, pero que comenzó su vida política con el Partido Social Demócrata (PSD), el tradicional y cuya cabeza, Luis Montenegro, se encuentra hoy en día en el poder legislativo del país luso.
Polémico y conocido, principalmente, por comentarios en contra de la comunidad gitana, a los que acusó de “vivir exclusivamente de los subsidios del Estado”, Ventura es hoy líder del partido Chega!, en castellano ‘Basta’. Se trata del movimiento de ultraderecha, que protagonizó las elecciones legislativas de Portugal, en las que no solo mejoró su resultado respecto al año pasado, sino que, además, igualó en escaños a los socialistas.
Ventura llegaba a los comicios con un mal presagio, consecuencia de los resultados que arrojaban las últimas encuestas, que apenas le otorgaban un 12%. Pero fue el verdadero ganador, confirmando que el ascenso de la ultraderecha no era un fenómeno pasajero en Portugal y más bien es un caso para añadir a la lista de líderes radicales que ya gobiernan o se acercan a puestos de poder en el viejo continente.
Los comienzos de André Ventura en la política
El líder de Chega! se licenció en Derecho por la Universidad de Nova de Lisboa. Paso por muchas profesiones, desde el seminario hasta ser, según EFE, ser un autor Best-Seller. Pero, aunque joven, la carrera política de Ventura no llegaría sino hasta 2017, cuando se colocó cabeza de lista local del conservador Partido Social Demócrata (PSD) en Loures, una localidad en el área metropolitana de la capital.
Allí encontró un ‘problema’ y como un buen líder populista lo exploto: los gitanos. De esta manera llego a los votantes abstencionistas que se alegraban de ver a una ‘figura fresca’, una que, a su corta edad y poca experiencia política, ‘era capaz de decir las cosas sin pelos en la lengua’. Esto, sin embargo, le acarreo críticas, e incluso lo llevo a ser casi expulsado del PSD, por lo que muchos consideraron un discurso vulneraba principios fundamentales.
En medio de las tensiones con el PSD, André Ventura optó por abandonar voluntariamente el partido, fundando Chega en 2019. Así creo su propia plataforma, un partido de corte populista y de extrema derecha, que ha experimentado un notable crecimiento electoral en los últimos años, no solo en el legislativo portugués, pero, próximamente, en las elecciones presidenciales del 2026, evento en el que ya se mostró interesado.
Hoy en día cuenta con el apoyo de los principales representantes de la extrema derecha en Europa. Por ejemplo, Marine Le Pen en Francia, o Santiago Abascal, quien no se ha hecho esperar para felicitarle por los resultados de ayer, en España. «Las fuerzas patriotas y conservadoras crecen en todas las naciones de Europa a pesar de cordones sanitarios y de la hegemonía mediática de los partidos globalistas», comentaba ayer en X el líder de VOX.
El programa electoral de Chega!
Chega se define a sí mismo como el partido que busca «salvar Portugal». Sitúa a la familia en el centro de su concepción de la sociedad como garante de la estabilidad social y política. Abogaron en 2019 por la eliminación del Ministerio de Educación, así como por un desmantelamiento del sistema sanitario público portugués, pero proponen la creación de un Ministerio de la Familia.
En 2022, se consolidaron como la tercera fuerza política a nivel nacional. Para 2024, su ascenso fue aún más notorio, obtuvieron 50 de los 230 escaños en el Parlamento portugués. Y, en la reciente semana electoral, el partido logró un notable 22,56 % de los votos, cifra que los situó apenas por detrás del Partido Socialista (PS), que obtuvo un 23,38 %.
Sin embargo, cabe resaltar que, según el periodista y escritor Vítor Matos, autor del libro ‘Na cabeça de Ventura’ en una entrevista de EFE, «André Ventura es más moderado que otros líderes europeos de ultraderecha (…) aunque en la forma es muy exuberante, en el contenido no va tan lejos, entre otras cosas, porque no hay suficientes votantes en Portugal para ir tan lejos».